jueves, 29 de diciembre de 2011

La tua Bambola (en mi "perfecto" italiano :D)


Casi preferiría no escribir, hacer como si todo estuviese bien, pero lo cierto es, que da igual como lo diga, incluso si no lo digo, las cosas no están bien porque me hacen daño.
Y todo lo que provoca dolor no puede ser bueno, al igual que todo lo dañino no tiene porque ser malo, no obstante, hay momentos en los que una sola necesita correr y perderse, quién sabe donde, entre la niebla, mientras la lluvia cae y nos empapa de vida. Una gotita de cristal recorriendo mi cintura de piedra...

Y hoy no desearía dejar este recuerdo en manos de la inmortalidad, pero ya se sabe que lo que se escribe nunca muere, no obstante, no tengo a quien confesarle que en el fondo me ha dolido saberme... no saberme, simplemente.

En realidad me pregunto, si son cosas del día a día, o de las expectativas que luego nunca llegan a cumplirse... o simplemente, así de sereno y frío, que haya sido ella. Ella que todo lo tiene...
Ojalá me enfadase, rompiese a llorar o gritase, pero no, simplemente no puedo hacer nada de nada porque no tengo ningún derecho a hacerlo. Sólo necesito hablar en silencio. Que me comprendan sin preguntas.

Y este fragmento sí que va para ti (para ti, que casi nunca te escribo. Por pudor. Pero dado que no voy a contestar a la pregunta del quién, te hablo. A ti) porque te estoy buscando y no te encuentro. Y eso me frustra. Soy consciente, de que no debo, si no quiero que estés aquí conmigo, entonces ¿porqué tú?, no quiero admitir que te necesito a mi lado. Y nunca me lo oirás decir, seras quizá mi quimera (si es que no te lo he dicho ya). Sello mis labios, enserio. Vislúmbralos cerrados con el candado de no querer decir que si no estás aquí es por...

Quisiera huir del mundo un segundo. No recordar que por un instante me importó él, lo suficiente como para pensar en lo que quizá nos podríamos haber convertido, no rememorar sus labios rojos. Los suyos. LOS DE ELLA.

No es justo que entre ambos me robéis lo que era mío, mi ilusión, mi... ¿ves? sé que casi puedes vislumbrar mi sonrisa, esa que casi aparece dormida en mis labios.
Soy egoísta pequeña, es extraño que después de todo no te hayas dado cuenta.
Quizá sea verdad que los buenos se hacen con el mundo, y quizá yo me quedo a medias.

Pero empiezo a comprender, que mi problema no soy yo, ni tú tampoco. Empiezo a entender que el problema es creer lo que nunca ha ocurrido. La fe, es para los creyentes y hace tiempo que yo no creo en nada, y hoy (sólo hoy. Disculpa) tampoco en ti, querida.

La emperatriz de los sueños robados...

sábado, 24 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD!






Hoy, y desde siempre, escribo.
Aunque muchas veces, me pregunto dónde han quedado ésas maravillosas palabras que un día afloraron desde lo más hondo de mí.
Soy consciente de que el tiempo nos va cambiando, amoldando a un molde previo, que él, siempre tan previsor y magnánime "sorprendedor", nos tenía preparado. Quizá por eso, con el tiempo, esos garabatos infantiles, que formulaban historias, han ido cambiando hasta llegar a esta vacuidad tan arraigada en mí.

Después de todo, no me canso de aclarar que escribo incluso antes de haber aprendido a hacerlo, no obstante, deduzco que mis últimas intentonas han quedado en eso, en una intentona.
Por eso, porque hoy es Navidad y desearía regalaros lo que desde siempre mejor he sabido hacer, escribo esta entrada.
No obstante, mis palabras han volado a unos lares que yo no atisbo, y disculpadme si aún debo comprender mi brújula y andar todo el camino. Lo haré, pero habrá de ser el próximo año.
¡Cuantas veces me ha traído de cabeza la señorita inspiración!¡Qué manía con sus vacaciones intermitentes e interminables!

Por fortuna o por desgracia, los que me conocen saben de mi cabezonería.
Por todo esto os deseo las más felices Navidades, quizá, no con mis palabras (que bien vapulean la belleza de escribir) mas si con las de mi querido Holan, que en los días fríos, carentes de expresión como en mis "estimulantes" (lacerante ironía) escritos, vienen a mí (y a vosotros) a regalar sentimientos.

Pero el tiempo
"¿Qué hay en tu corazón", me preguntó la vida.
Era una pregunta tan brusca,
buscaba tan poca excusa,
que quise responder: ¡Nada!

Pero el tiempo (que en pie junto a una columna de piedra
obligó hace mucho a sentarse a todas las catedrales)
me dijo: "¡Mentiroso, ese lugar que en ti
han ocupado las mujeres
sólo en el infierno permanece vacío!"

No es
"No es indiferente el lugar donde estamos.
Algunas estrellas se acercan entre sí peligrosamente.
También aquí abajo hay separaciones violentas de amantes
sólo para que el tiempo se acelere
con el latido de su corazón.

Las gentes sencillas son las únicas que no buscan la felicidad..."

Aunque...
"Aunque siempre te escapas, amor mío,
eres mi presente perpetuo, ¡oh, sí!
Igual que el salto del agua:
aunque le abandona sin cesar siempre la misma agua,
él permanece siempre en el mismo sitio."


Adoro esta última poesía, quizá por todo aquello que me hace sentir. Siempre me ha resultado tan extrañamente sentida, tan inusitadamente veraz, que inutilmente intenté resistirme a ella.
Hoy, por fin, os deseo, desde lo más profundo de mi ser, unas muy felices Navidades, llenas de prosperidad, amor y deseos de repartir, en definitiva felicidad.

Gracias a todos vosotros. FELIZ NAVIDAD! (ouh, ouh, ouh...)

La emperatriz de los sueños (con un gorrito rojo escarchado)