jueves, 29 de diciembre de 2011

La tua Bambola (en mi "perfecto" italiano :D)


Casi preferiría no escribir, hacer como si todo estuviese bien, pero lo cierto es, que da igual como lo diga, incluso si no lo digo, las cosas no están bien porque me hacen daño.
Y todo lo que provoca dolor no puede ser bueno, al igual que todo lo dañino no tiene porque ser malo, no obstante, hay momentos en los que una sola necesita correr y perderse, quién sabe donde, entre la niebla, mientras la lluvia cae y nos empapa de vida. Una gotita de cristal recorriendo mi cintura de piedra...

Y hoy no desearía dejar este recuerdo en manos de la inmortalidad, pero ya se sabe que lo que se escribe nunca muere, no obstante, no tengo a quien confesarle que en el fondo me ha dolido saberme... no saberme, simplemente.

En realidad me pregunto, si son cosas del día a día, o de las expectativas que luego nunca llegan a cumplirse... o simplemente, así de sereno y frío, que haya sido ella. Ella que todo lo tiene...
Ojalá me enfadase, rompiese a llorar o gritase, pero no, simplemente no puedo hacer nada de nada porque no tengo ningún derecho a hacerlo. Sólo necesito hablar en silencio. Que me comprendan sin preguntas.

Y este fragmento sí que va para ti (para ti, que casi nunca te escribo. Por pudor. Pero dado que no voy a contestar a la pregunta del quién, te hablo. A ti) porque te estoy buscando y no te encuentro. Y eso me frustra. Soy consciente, de que no debo, si no quiero que estés aquí conmigo, entonces ¿porqué tú?, no quiero admitir que te necesito a mi lado. Y nunca me lo oirás decir, seras quizá mi quimera (si es que no te lo he dicho ya). Sello mis labios, enserio. Vislúmbralos cerrados con el candado de no querer decir que si no estás aquí es por...

Quisiera huir del mundo un segundo. No recordar que por un instante me importó él, lo suficiente como para pensar en lo que quizá nos podríamos haber convertido, no rememorar sus labios rojos. Los suyos. LOS DE ELLA.

No es justo que entre ambos me robéis lo que era mío, mi ilusión, mi... ¿ves? sé que casi puedes vislumbrar mi sonrisa, esa que casi aparece dormida en mis labios.
Soy egoísta pequeña, es extraño que después de todo no te hayas dado cuenta.
Quizá sea verdad que los buenos se hacen con el mundo, y quizá yo me quedo a medias.

Pero empiezo a comprender, que mi problema no soy yo, ni tú tampoco. Empiezo a entender que el problema es creer lo que nunca ha ocurrido. La fe, es para los creyentes y hace tiempo que yo no creo en nada, y hoy (sólo hoy. Disculpa) tampoco en ti, querida.

La emperatriz de los sueños robados...

sábado, 24 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD!






Hoy, y desde siempre, escribo.
Aunque muchas veces, me pregunto dónde han quedado ésas maravillosas palabras que un día afloraron desde lo más hondo de mí.
Soy consciente de que el tiempo nos va cambiando, amoldando a un molde previo, que él, siempre tan previsor y magnánime "sorprendedor", nos tenía preparado. Quizá por eso, con el tiempo, esos garabatos infantiles, que formulaban historias, han ido cambiando hasta llegar a esta vacuidad tan arraigada en mí.

Después de todo, no me canso de aclarar que escribo incluso antes de haber aprendido a hacerlo, no obstante, deduzco que mis últimas intentonas han quedado en eso, en una intentona.
Por eso, porque hoy es Navidad y desearía regalaros lo que desde siempre mejor he sabido hacer, escribo esta entrada.
No obstante, mis palabras han volado a unos lares que yo no atisbo, y disculpadme si aún debo comprender mi brújula y andar todo el camino. Lo haré, pero habrá de ser el próximo año.
¡Cuantas veces me ha traído de cabeza la señorita inspiración!¡Qué manía con sus vacaciones intermitentes e interminables!

Por fortuna o por desgracia, los que me conocen saben de mi cabezonería.
Por todo esto os deseo las más felices Navidades, quizá, no con mis palabras (que bien vapulean la belleza de escribir) mas si con las de mi querido Holan, que en los días fríos, carentes de expresión como en mis "estimulantes" (lacerante ironía) escritos, vienen a mí (y a vosotros) a regalar sentimientos.

Pero el tiempo
"¿Qué hay en tu corazón", me preguntó la vida.
Era una pregunta tan brusca,
buscaba tan poca excusa,
que quise responder: ¡Nada!

Pero el tiempo (que en pie junto a una columna de piedra
obligó hace mucho a sentarse a todas las catedrales)
me dijo: "¡Mentiroso, ese lugar que en ti
han ocupado las mujeres
sólo en el infierno permanece vacío!"

No es
"No es indiferente el lugar donde estamos.
Algunas estrellas se acercan entre sí peligrosamente.
También aquí abajo hay separaciones violentas de amantes
sólo para que el tiempo se acelere
con el latido de su corazón.

Las gentes sencillas son las únicas que no buscan la felicidad..."

Aunque...
"Aunque siempre te escapas, amor mío,
eres mi presente perpetuo, ¡oh, sí!
Igual que el salto del agua:
aunque le abandona sin cesar siempre la misma agua,
él permanece siempre en el mismo sitio."


Adoro esta última poesía, quizá por todo aquello que me hace sentir. Siempre me ha resultado tan extrañamente sentida, tan inusitadamente veraz, que inutilmente intenté resistirme a ella.
Hoy, por fin, os deseo, desde lo más profundo de mi ser, unas muy felices Navidades, llenas de prosperidad, amor y deseos de repartir, en definitiva felicidad.

Gracias a todos vosotros. FELIZ NAVIDAD! (ouh, ouh, ouh...)

La emperatriz de los sueños (con un gorrito rojo escarchado)

miércoles, 30 de noviembre de 2011

el sonido del viento



Ya ha pasado medio mes... y como si se tratase de una eternidad, ni siquiera recuerdo qué o cómo me sentía hace quince días. No sé si es porque en poco tiempo se puede vivir mucho, o porque en definitiva, de un momento a otro, nunca se sabe cuando, las cosas empiezan a cambiar. No es que hayan cambiado, aunque quizá lo hagan... no lo pongo en duda, aunque, quien sabe, quizá no me lo quiero creer del todo.
Siempre todo tan planeado de antemano y no obstante, a lo largo de mi vida, he ido descubriendo que en verdad no he elegido hasta que lo he echo; supongo, por ese recíproco amor que nos profesamos el destino y yo.

Ahora, tras varias semanas repletas de estrés, de meteduras de pata, de impotencia, de lágrimas y de sonrisas, de sacrificio y superación tengo ganas de volver a mis letras, a mis palabras bonitas. ¡Se ve tan fácil el mundo desde aquí! pero quiero empezar con nuevos proyectos, por enésima vez.
Quiero retomar (al fin) una historia de la cual nadie tiene conocimiento, ése yo inquieto que me susurra por las noches y en sueños, quiero avivarlo, darle una oportunidad... mas pese a todo, me temo, ocurra como con la mayoría de palabras que pongo en papel (como si estuviesen predestinadas a vivir dentro de mí, sin poder compartirse. Quizá, y después de todo, me quede aún un buen trecho para llegar por fin a sentirme preparada para repartirlo con el mundo y no sólo conmigo. Sea como fuere...) que a medio camino desfallezcan y no vuelvan a ponerse en pie, que se estanquen, que se entorpezcan con sus propios pies (cosas de tener patas largas)

Pero ahora no me importa, necesito hacer demasiadas cosas... escribir, descansar, leer, disfrutar, volver al cine... no sé, creo que la reclusión nunca fue conmigo (me duele no saberme libre, y no obstante, me convenzco capaz de encerrarme en una habitación y superarme (siempre superarme) por cabezonería y orgullo...) pero ahora, pienso que tampoco fue tal el calvario. No importa (ya no), ahora me toca...

Siento que es importante, que esto es importante. Como si todo lo demás se desvaneciese, aunque mis palabras se queden a medias (ya volveré a las andadas, tiempo al tiempo), da igual, quiero disfrutar de ser cristalina. Quiero vivir en transparente porque en definitiva, he vuelto.


P.D: Ya sé que la entrada no tiene nada que ver con el sonido del viento o con la nieve recién soplada, pero ambas cosas son cosas hermosas y la hermosura, forma parte de la vida. A veces las cosas no tienen sentido ¿y qué? no le busco tres pies al gato...


La emperatriz de los sueños (de vuelta y radiante de felicidad :D)

lunes, 14 de noviembre de 2011

Absurda nada que lo es todo



Y que tu me aspes si yo ya no digo nada, pero es que la definición de absurdo es estéril, innocua para seguir mis pasos. Mi propia reducción al absurdo, mi condición contrafáctica, mi redundancia, mi repetición... mi teoría de la nada. La nada que lo ocupa todo.

La inestabilidad de ser promiscua a quedarme en mi sitio, por miedo a reaccionar o porque los sueños sueños son, y después de pisado pasado, pero ¿qué pasado, si el presente carece de motivos y el futuro interactua con la sinrazón? me duele el alma de no hacer nada. ¡Qué estado de absolución más absurdo...!

Absurdo... palabra carente de sentido que extravagante, contraria, se opone a la razón. ¿Pero qué razones me quedan para no hacer nada?, ya no tengo nada que hacer y aún ni siquiera he empezado... que me haspe el abatimiento...

Recorre la senda de "irse por las ramas" porque así es más fácil no decir nada. Demagogia, absurda, total, equivalente... equivalente a ésa nada que lo dice todo.
La pedantería está de moda, ¡vaya si lo está! Luego me sorprendo de mi ego (ai, eso "alter ego") y mi verdadero yo se confundan como las paradojas. Mentiras a medias y verdades (¿verdades? ¿cállate quieres?)

Dialectos, estratosfera, fragmentos... son palabras, eso, palabras. Importa qué decir y no como, pero... ¿Y cuando simplemente hay que decir nada? nada... absurdo...
Escenificado, pragmático y carente de sentido pero estable, como el frío que me gusta, excepto cuando lo padezco, más paradojas, más inexactitud- Eso convierte la vida en hermosa.

Wilde, ahora pienso en Wilde... pero, ¿qué soy capaz de recordar de él, cuando recorría las paredes de Canterville? creo que nada, a excepción quizá de una confusión sexual que no llegué a entender por aquél entonces. Añoro un poquito a Wilde. Pero no quiero hablar de sexo, quiero hablar conmigo misma, y decirme todo esto que no dice nada, pero... ¿Qué más da lo que pueda llegar a contarme sobre un planeta (¿marte?) que está ahí? en algún lugar...

¿Cuantos fragmentos de canción más tengo que recomponer antes de entender la letra? (no quiero preguntar, no quiero, no quiero...) Un poquito obsesionada, sumisa quizá. Eso. Luego todo que alberga nada y nada que lo alberga todo, tan absurdo, tan eficaz, tenaz, persuasivo... me descompongo en mi propia canción ya compuesta, soy los fragmentos unidos de mi propia melodía... Por eso me sueno, a cada momento con un compás.

La emperatriz de los sueños

martes, 25 de octubre de 2011

hipertensión


25-10-13

Recorres mi hipertensión. Me alteras, te adelantas, frenas en seco, derrapas, me rompes. Ya no importa, ya no.

Recorres mi subconsciente olvidando el inconveniente que lleva consigo. Te devuelvo, me revuelvo, te espeto, preguntas, olvidas...

Recorres mi canción en tu sombra, me apabullas, me desarmas, me ilusionas, me amarras, me inhibes...

¿Sabes cuantas veces intentaste hacer lo que decías, sin quedarte a medias? lo sabes, quizá porque en el fondo te encuentras conmigo. Luego, sabes lo que dicen por ahí, de que ya nada importa, y de que soy tan pretenciosa como intento no ser.
El egocentrismo de hablar de mi misma y escribir sobre un nosotros inexistente. El frenesí, la droga, el alcohol en vena... las ganas de reír, de llorar, según la vida, según nuestras ilimitadas circunstancias.

Hablar de cuantas cosas nos hicieron pasar para volver a sentir que eramos felices y el mundo nuestro; en nuestros sueños, en mis promesas al futuro y nuestro perenne olvido.

Saber lo que decían antes de decidir que iban a decir, o descubrirnos en tu colchón agujereado, por tanto amor como quisimos compartir. Deshilachar nuestros ilbanados recuerdos subrealistas, desencajarse la mandíbula a carcajadas y después decidir que no hacer nada lo era todo.

Tanto para tan poco, tanto para seguir intentándolo...

Discutir, asentir, desentrañar, entrañables, disconforme, arqueotípicas...

Inventar nuestros anhelos, para discurrir el día a la inversa, insistiendo por si acaso decidía amanecer la luna, y anochecer el sol. En tus brazos arropada y desnuda, frágil y colorada, por la canción de tu nana en mi oído y tu garganta. Fresa, vodka... amor, desgarre....

Cuando ya el mundo no tiene ni tenía sentido, y amanecía a diario. Cuando era todo tan pequeño y tan frágil como para guarecerse del mundo en nuestra bolita de cristal. Entonces aceleraba el viento, derrapaba mi conducta, se alteraba mi perspectiva, te frenabas, me rompías....

Todo volvía a ti y ya no tenía sentido, pero bueno, era gozosa la vida. Ahora, entiendo que lo que digo pasa por momentos que no dicen nada.

Que mienten tanto como pueden relucir mis delirios, si es que te apareces en todos ellos, en forma de amor.

¿Pero qué le voy a hacer si lo que a mí me gusta, y siempre me ha gustado, a sido dedicarte a ti, así sin más, todo mi yo, y ahora, he aprendido a compartirlo? ves, hasta las afirmaciones son interrogantes que cuelgan de tus labios de papel... Todo esto me vuelve loca

Calor, recuerdos que nunca llegaron, príncipes inventados, sábanas por manchar, vidas por machacar, futuro... silencio, ¡calla!

domingo, 16 de octubre de 2011

Deliras tanto o más que yo, pero éso, tú ya lo sabes


A mediados de un día cualquiera, de un mes cualquiera, en un mundo cualquiera, como hoy.

Y es que era todo tan real, que casi tenía sentido.
Una, calvaba las uñas en tu espalda para no caer, mientras, tú, desgarrabas mis muslos por atrás para tirarme. Era nuestra lucha de titanes, en la que sólo participaba yo... era todo tan inconsciente e insistente, que casi, me automutilaba cada vez que pensaba en escalar una posición en tu vida.

Luego, ya me daba cuenta de que no; y seguí colgada, por si cambiabas de opinión o te decidías por dar un paso atrás y encontrarme.

Entonces, el mundo tenía más sentido que ahora; que todo está alrevés y ya nada funciona mal, al contrario, en mi mundo cercano, todo va tan bien que da grima.


Y es que cuando, decidiste emprender aquél dichoso viaje, yo me marché contigo, por si te pesaban las maletas y decidías salir a cazar mariposas en nuestros estómagos.
Luego, recorrías el mundo con tu mirada infinita, me amarrabas al poste de tus deseos, y me llenabas la cabeza, de absurdos pensamientos, sobre amores fantásticos que luego, nunca viví.


Aún espero a que tus historias dejen de ser fantasias de cuando exploré tu mundo, porque, a fin de cuentas, me enseñaste a ser rebuscada y pensar por mi misma, que no es poco. Y eso que, cada vez que me doy la vuelta el mundo está al revés y yo cabeza abajo.

Porque para que engañarnos, no es normal que no sea mío ni nuestro, un beso robado, o que entre mi cuerpo en una 36 como podría entrar en tu ser... pero la cosa es así.
Los besos robados no son míos, y sin embargo tengo unos magníficos pantalones nuevos, que no tienen nada que ver contigo. Porque ya te digo, cariño, el mundo sin tí va mejor pero es más aburrido.


Porque todo me sorprende ya demasiado, y no ando yo para sorpresas tan desmesuradas; y luego están tus cuentos... aquí, esperando a que por fin aparezca mi príncipe, aquel que me prometiste para luego esconder Dios sabe donde.

Porque tú tienes tanto devarajuste en el cuerpo, como alcohol en las venas. Pero es divertido, aunque esperar ya no lo sea tanto, y una se desespere (sólo los días mediocres, como hoy y como contigo), desde luego, nuestras lunas llenas dejaron mucho que desear. No eran tan vanidosas como tus historias sobre mi futuro incierto.

Me dejaste siendo una melónmana, no por las canciones, apenas escucho la música, es solo, que incluso hoy, un día cualquiera, de un mundo cualquiera, escucho la especial melodía de tu canción; y hoy, es el día, en que sigo pensando que es hermosa...

... por eso sigo creyendo en tus cuentos, y me divierte pensar que aunque todo vaya realmente mal porque todo es de fábula, yo soy parte de la irrealidad de tus cuentos. Y ser protagonista de tus delirios, me enamora.

La emperatriz de los sueños :)

martes, 27 de septiembre de 2011

*

Es tan triste que solo me queda hablar de amor y soñar en color verde turquesa...



Sonríe, por lo que aún queda por descubrir :)

La emperatriz de los sueños

domingo, 25 de septiembre de 2011

Porque...


El calor fluye por mis venas, me asfixia y me envenena, quizá porque subo corriendo hacia el cielo, buscándote a ti.

Porque después de un instante, todo ha vuelto a ser como siempre; sin importar el olor a tabaco o las repentinas borracheras, sin preocuparnos de tus historias de mitómana confundida.

Porque era como cuando eramos niñas y aún no estábamos las tres juntas, porque entonces, en la sala de estar, revoltosas en el sofá, con él en medio, todo era tan simple como soplar la vela y pedir el deseo, al fuego, que nunca nos llegó.

Porque sigue siendo como cuando nos ahogábamos de risa, sin importar cuantas veces nos ahogamos ahora boca abajo y en mis brazos. Porque tú me proteges de los peligros que no existen, mientras yo me enfrento a los reales; a mis fantasmas de Gaudí.

Porque sigo sin saber montar la escultura de mi destino sin idealizar mi futuro inventando, Porque al fin he aprendido a hacer lo que no supe de niña. Porque aprendí a soñar con él sin alejarme de vosotras, que fuisteis mi centro.

Porque sigue existiendo el maldito karma, concentrado en nuestras sonrisas.
Porque de vez en cuando sigue siendo como cuando yo no supe que hacer, y deseaba acabar con todo, y tú estabas allí para decirme: "Hoy me escondo en mi maldito cubo de la basura, para no verte más amor"

Porque aunque hemos vivido, tanto y tan poco, sigue siendo como cuando aprendimos andar.
Porque al fin y al cabo, nuestra vida es un camino de pasos infinitos, en el que nos encontramos la una con la otra.

Porque hoy seguimos siendo las niñas de siempre, aunque ahora todo haya cambiado...

La emperatriz de los sueños

jueves, 22 de septiembre de 2011

Triste (mejor no preguntar...)


Duele comprobar que aún hoy sigo abrazada miedos.
Duele, sentir el pecho oprimido y las lágrimas agolpadas cada vez que la vida nos da mil vueltas y no nos da la oportunidad de cambiar el rumbo.
Duele sentirse como la niña que aún sigo siendo, perdida y oculta, bajo las sábanas de la casualidad, que un día permitió nos encontráramos.
Duele no sentirme dueña, ser confusa y confundirme. Desvaratarle los planes al destino, para desvaratar mis propósitos infructuosos. Dejarlo todo a medio comienzo por miedo a que llegue el final.

Ser consciente de que aún, siento que las únicas palabras que puedo dedicar, son aquellas que dicen cuanto necesito decir y cuanto quisé en su día callar.
Darme cuenta, de que el mundo a dejado de tener sentido, simplemente porque me siento triste y asustada, y me cuesta procesar que tú aún me grites cuando yo lo hago todo mal.

Saber que fuimos capaces de darlo todo y quedarnos sin nada.
Destruir cuanto construimos, como la torre de naipes que fueron nuestros destinos ocultos, que poco a poco desempolvamos, como las páginas de tu libro abierto.
Observar que duele, porque ya todo está perdido, y que nuestras palabras, no son sino fruto de nuestra propia incomprensión, de nuestra inutilidad ante la vida; de que un día nos asustamos y al salir corriendo ya no tuvimos tiempo de volver atrás.

Darnos cuenta de que un día todo fue bien porque comenzamos, y ser absurdamente conscientes, de que si todo salió mal fue por ése innegable miedo que nos invadió a que pudiese acabar. Y ahora que todo ha acabada, lo único que podemos decirnos, es que duele y aferrarnos a lo único que nos queda...

Saber que todo lo que perdimos fue por miedo a perder, me duele tanto a mí, como te dolió a ti perderme.





miércoles, 14 de septiembre de 2011

El cuento de los hermanos Grim



Aún recuerdo las veces qué reímos observando de reojo las absurdas cartas adolescentes que contaban el amor que se procesaban dos borrachos inconexos.
Recuerdo las veces que dijiste que "el amor es una ilusión preparada para engatusar a los sedientos que andan a la deriva en los caminos de un desierto ajeno"

Recuerdo como descubrimos nuestro error, al descubrir que los hermanos Grim no recogían cuentos, sino nuestra historia. Como revoloteaban a nuestro alrededor los sueños, palpables, que nos impulsaban a seguir volando.

Cuando dijiste que "escribir con el alma era decirme te quiero. Por eso escribo", cuando comprendimos que todo tenía un sentido. Excepto los cubos de Rubik, que nunca me enseñaste a hacer... Recuerdo que ya solo queda la leve alusión a que un día formamos un algo especial, que iba más allá de las cartas o de los cuentos que tú me contabas, para que yo creyese que me amarías un día más. Como a Scheherezade en las mil y una noches, nuestro amor duró cuanto duró tu cuento, que no era sino el mío.

Cuando te cansaste de escribir lo hiciste también de tenerme en cuenta, porque a fin de cuentas, y para qué hablar más, la razón de que existiese nuestra historia era que ambos estábamos predestinados a ser dos. Un tú y un nosotros.

Por eso, después de todo, aún guardo el secreto de los hermanos Grim...


miércoles, 7 de septiembre de 2011

Ni Romeo, ni Julieta


Hicimos creer que la vida era una obra a interpretar.
Que el libre albedrío podía existir entre tus sábanas y las mías.
Que destruir los sueños era un placentero pasatiempo, en el que ni tu ni yo supimos como entender las reglas; nos inventamos el infinito por el puro placer de experimentar con la posibilidad de no llegar nunca, de desentrañar nuestro agujero negro en el abdomen.

Claro que yo aún creía en ti, y que cambiar era posible.
Que merecía la pena dedicarte la primera y la última estación y no pararme en el andén de tus besos dormidos.
Claro que yo aún pensaba que mis sueños se harían realidad si tú interrumpías los tuyos, pero ya sabía yo que ¡tú estabas hecho de imposibles!

¡Cómo añorabas no saber contar estrellas!, por eso te dedicabas a contar lágrimas de cristal.

Te gustaba el sirope de chocolate y pringarme a mí con tus esbeltos dedos, recorrer mi espalda y dedicarme uno de esos sueños a los que no te dignabas a renunciar ni siquiera por mí, que se suponía era tu Julieta.
Pero claro... tú no eras mi Romeo ni te dedicabas a observarme en el balcón.

Hicimos creer que ser dos era cuestión de uno, y que valía la pena escribir nuestro cuento en nuestro tintero de papel, derramar nuestra sangre en palabras que decían que algún día tú y yo volveríamos a ser uno.
Nos engañamos tanto como pudimos, para aprovechar a hacernos el amor. Pero quizá nunca supimos realmente qué significaban nuestras íntimas expresiones, quizá por eso cuando renunciaste a tus sueños, yo comencé a tener los míos y aprendí a volar.

Quizá después de todo ni Romeo ni Julieta estaban echos el uno para él otro y por eso tú y yo acabamos matándonos de amor.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Cuanto


Me he dado cuenta de que no puedo ceñirme a mi propia incomprensión, de que ya no le tengo miedo a lo que podamos decir de nosotros mismos. Que a fin de cuentas me has acompañado siempre por los lindes más irreconocibles,me has guiado y apartado de todo cuanto yo debía de temer y no obstante, me has dejado entrever, todo cuanto me asustó alguna vez.

Tengo la impresión de que posiblemente, esto es lo que quería y cuanto ahora necesito, de que quizá, nuestra historia tenía que contarse, tarde o temprano. Que no podía callar cuantas veces me hiciste daño, y cuantas yo caí en tus enredos otra vez. Como la tonta que fui y sigo siendo...

Pero ahora, me he dado cuenta de que ya no me importa caerme si sé que tarde o temprano me voy a levantar, porque a fin de cuentas, desde la tierra hay tan buenas vistas o mejores incluso que a metro setenta.
Me gusta la foundue en tus labios, ya lo sabes...

Sé que puedo decirte cuanto quiera, cuanto necesite, cuanto ansíe... que tu me lo reprocharás diga lo que diga y que a pesar de todo no vas a cambiar nada. Ya forma parte de nuestro ritual de atenciones. Forma parte de nuestros desajustes hormonales...


En el fondo me sabe bien tenerte sin tenerte miedo. Sin tener que controlar lo que digo. Me gusta saberme incompleta y que tú me complementes. Me gusta la miel de tus palabras... ¡Yo siempre me he sentido tan abeja!, siempre a rayas y a cuadros...

Dime cuando descubriste que hacer el amor de noche era cosa de película. Dime cuanto...

domingo, 21 de agosto de 2011

Sergio Dalma


Luces, música, saltos... Voces que decían "ven"a gritos...

Amores imposibles, sueños perdidos, historias hechas realidad...


Y nosotros allí, tan cerca y tan lejos, perteneciendo a un momento efímeramente eterno. Desnudando nuestra alma embriagados por tu voz, tú cantando, yo escuchando. Haciendo el amor cada vez que "de amor ya no se moría". Sonriendo complacientes y complacidos, amantes efímeros de una noche.

Destinos encontrados una noche de verano, entre focos y alcohol. Amantes nocturnos, enzarzados en los brazos del otro. Noches que recordaban al efecto placebo. Amantes ávidos de deborarse...

"Qué fortuna la mía... y por fin conocer tu mirada y tu nombre real..."

Amantes encontrados en un plano de nuestra vida, el cual tú no recordarás y yo no olvidaré.
¡Qué noche más mágica para hacernos el amor, cariño!

y "Si de amor ya no se muere... mas muriendo me marché"

Una noche increíble de concierto a tu lado. Estuvimos tan cerca y tan lejos...

Increíble Sergio, increíble...



"Tan lejos y tan cerca..."

La emperatriz de los sueños

*** Una noche increíble, con música increíble, disfrutando de un hombre maravilloso, con unas amigas fantásticas... Un sueño hecho realidad. Feliz, feliz, feliz.... y aunque la entrada no sea lo que en un principio deseara que fuese, la experiencia fue mejor, mejor, mejor. No puedo expresarlo con palabras...

lunes, 15 de agosto de 2011

inconcluso


Algo se rompió dentro de mi después de todo.

Dejé de funcionar como había funcionado siempre, todo iba bien, con sus idas y venidas, con sus pros y sus contras... pero bien. Todo era Suiza.
Dejó de ser así, me cercenaron el alma. Me rompieron, dejándome inacabada, incompleta.. inconclusa.
Las paredes se derrumbaron y no obstante los cuadros siguieron colgados en lo que antes había sido un gran salón. Era desolador saber en qué me había convertido compartido. Desolador cambiar el yo por el nosotros. Dejar fluir lo que no fluía, y crear algo realmente nuestro, algo de los dos.

Quisiera saber como nos ocurrió esto, de donde saliste y donde te has llevado esa parte que falta de mi. Me las has robado. La has raptado con tus palabras bonitas.

Miedo.
Tengo miedo y no tiene sentido, también lo robaste.
Robaste la seguridad de hablar de los sueños, la seguridad de hablar de mi persona... la culpa era siempre tan tuya! y ahora es tan mía. Apareciste has aparecido sólo quedo yo.

Todo lo demás se ha volatilizado, con las cosas importantes que no importaban. Ahora lo sé y lo entiendo siento dentro. Pero a juzgar por nuestras conversaciones casi podría decirme que la culpa fue nuestra desde el principio. Me embaucaste con tus palabras porque yo me quise dejar embaucar por ti. Fue un juego del ahorcado precioso, un juego de tablas que nos cercenó el alma cuello.

Tenías tantos motivos como yo para andarte con rodeos, para difundir las buenas nuevas y yo captarlas. No las capto capté.

¿Tengo que ridiculizar todo lo que hemos hecho para empezar? ¡qué estupidez más sumamente caprichosa y embaucadora! Como tú.

Tus contornos se perfilan tan nítidos como nublados los míos. ¿Estamos cambiando verdad?
( ganándole perdiendo la batalla contra el tiempo...)

sábado, 30 de julio de 2011

¿importante o importarte?



Miedo.
Como cuando (como... cuando...) dijimos miedo porque nos habíamos hecho demasiado mayores para preocuparnos por lo surrealista, y empezamos a cabalgar a lomos de la realidad, que resultó ser tontamente absurda.

Desilusiones bañadas de plata para fardar de que algún día importaron algo. Y no obstante, allí yacían las malditas, esparcidas en el suelo, las fotos en blanco y negro ya corroídas por lo absurdo de lo que nos parecía importante. Pero no lo era. Lo importante era otra cosa, no sé cual, una que no atisbábamos, que daba alegría, que tenía más gracia...

Ese miedo que nos hacía parar en la estación de tren más próxima, parar en la próxima parada y esperar en la vía, a que pasase el tren. Jugar a arrollarnos.

Era importante que nos dejase de importar (después de todo); importantes eran las lágrimas que pugnaban por salir, que siempre agazapadas se quedaban en mi garganta, esperando a que nos reconociésemos de nuevo.

¡Y qué asco nos daba la vida! cuando tú fumabas y tirabas mi colilla. Odiaba el olor, odiaba que me hicieses papilla con las dentelladas que pegabas cada vez que dos por tres eran seis.

Cuando flanqueaban las rodillas y nos invadía la congoja; el no saber si decir algo era necesario o imprescindible.
La edad nos volvió más estúpidos de lo que realmente nunca creímos llegaríamos a ser.

Lloramos los crímenes ininterrumpidos que tú y yo provocamos... !bah! pero me cansé, de ti y tus absurdos juegos de olvidar el olvido y si podía ser (porque no siempre se podía) olvidarnos de olvidar lo que era ser nosotros mismos.

Miedo por dejarnos llevar y decirlo todo sin decir nada.

No sé si porque valía la pena o porque ya eramos demasiado estúpidos y mayores para cambiar; el caso es que cogimos el tren, para no bajarnos más.

viernes, 29 de julio de 2011

...


Olvídate de todo.

De lo que hicimos, de quién fuiste, de qué dijiste y porqué fueron exactamente esas tus palabras. Olvídalo.

Olvida cómo me conociste, a quien penetraste y porqué; cuantas palomas lanzaste al vuelo y cuantas recogiste después. Olvídalo todo.

Olvida como recurriste a las palabras olvidadas, como te cercioraste de que habías roto las promesas para crear una nuevas.Olvídate de las veces que me hiciste llorar.

Olvida quienes fueron tus antepasados, de qué se componían y porqué te tocó a ti ser quien eres.
Olvida que reconociste el camino, y que por eso, ¡cobarde! ,sólo por eso te atreviste a andarlo; que hiciste la tregua cuando acabó la guerra, como descubriste a los aliados después de asesinar a quienes te dieron la espalda.
Olvídalo, olvídalo todo.

Pero recuérdame, quien soy yo... y porqué se me ha olvidado


P.D: Siento que esta entrada sea tan... ¿desastrosa?, pero le debía unas palabras a mi blog. Necesitaba alimentarlo y no podía escribir otra cosa.

La emperatriz de los sueños





martes, 19 de julio de 2011

A la poesía





La espalda desnuda; la ignorancia descarnada.

La piel le sale a llamas mientras a nuestro alrededor suena la misma música de siempre, tan repetitiva y sinsentido como todos esos motivos que nos llevaron a seguir adelante.
Como todas esas sonrisas llenas de sorna tranquila, y versos al revés que vivían de sueños de orfeo, disfrazados con palabras agridulces- semiamargas.
Como todas las zorras vestidas de cachemir y mirta, pero desnudas y despaviladas, con sus apabullantes y desgastadas sonrisas de metro ochenta de blancura.

La mirada perdida, observando el blanco de la nada, que no dejaba ver el frío, ni el negro, ni el dolor, ni la soledad... que salía en palabras lo que decía y lo que callaba, haciendo orgasmos de letras y zumo de piña con un amargor espeso que quedaba impregno en toda célula muerta.

El cabello que le caía cano por la espalda, tapando sus debilidades que con la edad había ido endureciendo sus ya demasiado cansados sentimientos. Y ella, que miraba la copa, sin saber si podarla en los labios y descansar (de una vez por todas) o beber y tragar el licor, que ya, empezaba a saberle amargo.
Siempre discutía si sí o si también. Para ella todo lo era todo, y nada era nada, casi parecía simple.
Desenredar la vida entre enredos mal enredados, con sus bolas de lana en la chaqueta, que ella, como pelusitas iba borrando del mapa, como la huella del que se sabe culpable.
Vivía la vida y el vivir como ninguno...
Quizá porque aún era lo suficientemente joven (o no) como para permitirselo, y presumir de presunción que lo sabía todo y más.
Había visto el infinito con sus ojos...

Como arremolinarse contra el viento, mirando morir el tiempo y sentir el único apogeo en la mano, cuando llega el final del verso que ya muere en los labios de la prudencia, mientras muere la clarividencia y se salva el mal trago.
Como cuando éramos jóvenes y discutíamos sobre quien lo sabía todo, sin saber que ninguno jamás lograría entender ni la mitad...

La vida le cubría el miedo a la muerte, por eso, ya era más valiente de lo que ella quisiera admitir.

lunes, 18 de julio de 2011

Nuestra eterna historia



Las risas quedaron colgadas en nuestro perchero del olvido. Igual que los sueños y la rutina.
Se quedaron en el fondo del armario, donde escondimos los secretos, sólo por si violaban nuestra privacidad y extendían las halas en medio de una conversación que fuese de ésas, una conversación de las fundamentales, de las que se cuentan en cuenta. Sí de esas... y en el perchero en el armario, más olvidado que el olvido.

Perdimos las ocasiones irremediablemente, porque la vida nos la jugaba (y bien jugada), una y otra vez, como en un dominó infinito que acabó dominándonos.
Los puntos se hicieron de sutura, y nosotros saltando, de punto en punto y de punta en blanco, de charco en charco, entre letras y palabras medio vacías y medio llenas.

Se quedaron las conversaciones, en algún lugar entre el armario, el perchero, el dominó y la absurda casualidad, se quedaron para recuperarse entre suspiros de cartas amarillas, una cada cinco años. Ya como tradición espiritual, colgábamos la gabardina en el perchero de nuestros suspiros y nuestra ropa más intima en nuestro armario sagrado, sólo por si descubrían de qué hablabámos y porqué lo hacíamos.

Pero todo esto no importaba, allí estaba el armario, con sus partidas de dominó, con sus cartas amarillas y con nuestros sostenes más íntimos, esperando ser encontrados, releidos, redescubiertos...
Y otra vez cada cinco años, en el olvido dominado por el absoluto descontento, porque la vida hubiese hecho de las suyas una vez más... por todo eso, ahí estábamos tú y yo, reescribiendo nuestra historia (una y otra vez...)

La emperatriz de los sueños :)

jueves, 14 de julio de 2011

Reflexionando ^^



Hoy, mientras me lavaba los dientes y observaba mi reflejo en el espejo, pensaba en las palabras de Albert Espinosa.
Decía, que con encontrar cuatro personas que te marquen, tienes suficiente para toda una vida.

Después, recordé su entrevista en el hormiguero, en la cual,hablaba de esas doce perlas, que él, como objetivo, tiende a encontrar en un año.
Después me he quedado en blanco.

Analizando la situación, creo reconocer en mí, miles de instantes que me han marcado y han hecho de mi la persona que soy ahora y no obstante, no puedo agregar a ciencia cierta, ni una sola persona que haya significado para mí, un comienzo o un final, y sin embargo, no soy capaz de excluir a ninguna.

La primera persona que marcaría sería la misma propia. No puedo concebir un cambio, sin un yo anterior y otro posterior, y por el contrario, encontrarme a mi misma, creo, es una manera sencilla de escurrir el bulto.

Mientras estaba en el baño, he querido desarrollar, como objetivo impuesto, un viaje por el mundo de las gentes, dónde encontrar seres magníficos no sería si no la meta, mas, me temo que no hallaría ninguno; no al menos sin llenar un saco demasiado grande.

Considero que la vida, se construye por momentos, y que detrás de cada instante relevante hay una persona, que de un modo u otro colabora a cambiar tu vida y tu persona.

Así creo que no son cuatro las personas grandes, creo que hay miles de personas, que poco a poco te inspiran e instruyen, como un violín de Stradivarius. No es cuestión de si el violín es bueno o malo, es el violinista quien toca los acordes.
Así son las gentes en la vida.

Yo, soy incapaz de tachar de inolvidable a cuatro de las muchas personas que me han marcado, y por otro lado, creo que no marcaría a ninguna, no porque no me hayan hecho ser quien soy, si no porque ellos son los momentos, y esos momentos son parte de un nosotros perpetuo.

Creo que por eso la gente es grande :)

La emperatriz de los sueños

jueves, 7 de julio de 2011

:D



He intentado escribir, enserio.

He querido gritar, decir que me he cansado... pero sé que me engaño a mi misma, por el mero motivo de que hoy, me siento renegada de mi puesto.

Últimamente, mis ideas fluyen en una honda distorsionada, una honda de ensueño que mezcla fascinación y fastidio, pero eso no puede dejarse caer por aquí (me dolería demasiado), para eso está mi blog escarchado, para reírme de mis ideas, para hacer el payaso ( porque puedo); para eso...
Y hoy, casi se me olvida qué es un sueño, (¿dónde han quedado los míos?), pero ¿para qué está Internet?.

Me siento, emocionada y (no voy a mentirme) defraudada conmigo misma.

Cuando comencé está aventura, lo hice con frustración pero con la férrea intención de propagar mis sueños, de no olvidarlos, de decirme :¡ESPABILA!

Hace un año de todo eso, y a cada paso que doy , voy remontándome al paso uno, que es en definitiva el último de los pasos.

¿Qué le voy ha hacer, si soy de las que construyen la casa por el tejado?( creo que me fascinada volverme loca, y hacerlo difícil pudiéndolo hacer sencillo... creo que me gusta probar que puedo... supongo que no puedo tachar de defecto el no saber rendirme antes de tiempo)

Siempre me ha gustado explayarme, liarme y hacer uso de razones ¿pero qué razones me quedan? (anotar: satisfacción personal, cabezonería, el "infinal"* de mi sueño...)

Me siento... no sé como me siento, quiero decir todo lo que no he dicho hasta ahora. Explicar que estoy sonriendo, ¡joder, sonriendo!, y que me siento feliz, y más cercana de lo que me he sentido últimamente de mis sueños.
Que tengo ganas de caminar paso a paso, que tengo ganas de comerme el mundo y no partirme la espalda en el intento, no quedarme a medias como siempre.
Quiero gritar, que he recuperado, lo que ni siquiera sabía que había perdido, la efusión, las ganas. Quiero decir, ¡JODER!

Y no lo sé, quiero hacerlo porque puedo, porque el mundo también es mío en parte, porque sé que voy a lograr mis metas, igual que cuando logré mi exquisita felicidad después de tanta desidia...
Porque esa es otra, otra historia.

Ayer me preguntaron si era feliz, no dudé en contestar que sí.

Creo que amo la vida, después de todo, como un vividor, la amo porque me pertenece.

P.D:Tengo ganas de saltar, de gritarme que estoy de vuelta, y que estoy aquí para quedarme indefinidamente y con más ganas que nunca :D

*Infinal: Palabra de cosecha propia, horneada en medio de una ráfaga de inspiración creativa. Sinónimo de no final ajajaja

lunes, 27 de junio de 2011

sin nombre


Todo lo que dices toma importancia, a lo mejor porque es extrasensorial, o porque fascina, o porque es extremadamente delicado.
Es porque todo lo que dices, sale de dentro y dejas los pudores de lado.
Sientes como sabes qué pasa, como si te hubiesen dado las instrucciones precisas para apartar la roca de tu camino, y de repente, porque algo (superior a ti) te sale de dentro, te sientas a observar la piedra y ves como toma forma.
Entonces te das cuenta de que las respuestas las tienes tú.

Es la inspiración bañada en sudor después de entrar en agua termales; y sientes como te recorre, como toma conciencia dentro de ti y tú, la dejas arrastrarse, moribunda en tus labios sellados. Pero ella no muere.
Te deja tomar la iniciativa a lo mejor, porque es importante lo que tienes que decir, y ésa lucidez natural, no puede romperse por su absurda imaginación extrasensorial.

A lo mejor es porque una idea nace y toma forma, o simplemente porque no puedes explicarlo, pero lo sientes. Y eso importa (y lo sabes)

A lo mejor es por todo eso...

...


Me gusta saber que al fin, después de tanto tiempo, hemos firmado una tregua.
Ni siquiera me había dado cuenta (no al menos hasta que sentí la paz), de que me hallaba en medio de una cruenta batalla con mi alma.

Hemos compartido, las dos, como si fuésemos mujeres independientes la una de la otra, como si fundirnos fuese una opción (y no lo era), momentos de cólera y frustración, con una chispa de champán en los labios, y una felicidad radical y autodestructiva (sólo de vez en cuando) , durante tanto tiempo, quizá demasiado. Desde un comienzo que no sé cuando empezó, quizá a los ocho, pero no lo recuerdo. Poco importa.

Fue una sensación, y digo fue, porque no es permanente, aunque es fácil respirar hondo y encontrarme de nuevo, lo cual, me deja intuir, que la tregua persiste y que estar en una unión casi ancestral, una orgía entre el cuerpo y el alma es una cosa grandiosa e infrecuente.

Pues bien, fue una sensación de vanagloria.

Debía de sentir impotencia o quizá frustración, pero de pronto sentí un algo, no sé, una luz de espíritu, que no dejó embargara ni el miedo ni la soledad, ni esa rabia que me corroe siempre y se manifiesta con ésa maldita costumbre de llorar.
Sí así es, es embarazoso, pero siempre que algo me importa, una rabia y una frustración se apoderan de mi, e invaden mi garganta y mis pupilas emanando una sustancia salina (lágrimas) que me dejan con una sensación de estar haciendo el gilipollas.

Así estaba yo, en paz conmigo misma desde hacía demasiado tiempo.

Ahora, basta con cerrar los ojos y encontrarte alma. Pero esta vez no apareces perturbada con la única intención de perturbarme. Vienes para guiarme y hacerme sentir importante.
Para embadurnarme de consejos y parloteos varios.

Hoy se que necesitaba la tregua tanto o más como necesito las lágrimas para desahogar esa cruenta rabia e impotencia, que de vez en cuando se apoderan de mi.

Supongo que en general (y en principio) toda perdida se convierte en ganancia, que toda tristeza, penuria, dolor, agonía... nos cultiva como seres capaces de enfrentarnos a un dolor superior posterior. Que nos hace crecer como personas y conocernos.

Así, hoy sé, que necesitaba seguir encontrándome (después de tanto tiempo...)


lunes, 20 de junio de 2011

Reencuentro :)



Parece, inspiración, que juegas al escondite conmigo, cual niño pequeño. Te tapas los ojos y dejas de respirar, por un instante, para que yo me preocupe y te recoja en mis brazos "de abuela".


¡Qué bien sabes, pequeña que te arroparé! sabes bien que aún hoy te espero.


Que abro mi ventana de par en par, para recibir tus escasas visitas, para cerciorarme de que te has comido mis miguitas y estás reposando en mi balcón.


Pero a veces, pequeña mía, me siento tan enchida de felicidad, que cierro la ventana y te quedas esperándome, como si tu fueses mi abuela. Juego contigo a que no me encuentres, y te ofuscas, lo sé, pero el juego te agrada tanto como a mi, y por eso me siento tan llena de paz.


Hoy, estoy feliz, porque recibo en mis brazos una luz pequeñita que lleva conmigo desde hace años, y cada vez que está aquí, no sé como, pero brilla el sol y me siento tan dichosa, que dejo de saber qué decir y a quién dirigirle las palabras.


Hoy te encuentras rendida ante mi y no obstante soy yo quien no abre la ventana, en este efímero juego de verdad y mentira que tú y yo nos hemos impuesto. Inspiración, querida, tú que te has apoderado de mis versos, tú pierdes protagonismo al saber que hoy soy feliz y que pronto tendré de nuevo a mi hermanita entre mis brazos :)


La emperatriz de los sueños

lunes, 6 de junio de 2011

Pequeña tú





Cabalgué cien noches y tres días, en mi corcel de plata y cincelada certera.
Busqué con ansia y anhelo lugares remotos, utupías de cristal encerradas en tu bola de nieve.

Y mientras, los copos danzaban en mi nuca, cuando con tu beso gélido jalonabas mi expectativas, y con añoranzas, casi tan traslúcidas como tus lacerantes caricias, absorbías mis enseñanzas y te regozijabas de la desventura de mi inquina, y porque no, de mi insatisfacción, de mi ignoracia.

Cogí los fragmentos olvidados, del estertor de tu ego, y los apilé con la esperanza de que el fulgor del cristal diurno apagase los lamentos que pugnaban por salir de las paredes, de esta agonía en la que el infinito me había querido sumir.

Y casi ahondonando dentro de ti hallé la verdadera encrucijada que con tus diafanos besos intentabas ocultar, la esmeralda a tu tesoro perdido.

Te perdiste en la inquina de la desazón, casi de la manera tan absurda como yo misma me perdí, en la agonía de tus gritos.
Suplicaste por tu vida, como hubiste suplicado por la concurrencia que a bien tuvo de visitarte, de despedirte cuando tu tan hialina como siempre decidiste marchar, a propagar tus encantos, tus virtudes... y las mías.
Cuando descuidaste lo tuyo por la utopía de unos besos que jamás existirían, cuando te mudaste a sus brazos cansados de los míos.

Y yo te recogí, pequeña, tus fragmentos, tus inquinas, tus virtudes, tus defectos... y hoy apareces junto a mi, inspiración, bañada como siempre, de sangre, sudor y lágrimas. Pero siempre tan brillante como antaño.

La emperatriz de los sueños

lunes, 30 de mayo de 2011



Casi me siento en paz. La música suena al fondo, en el trasfondo de mi propio ser, casi puedo sentir los acordes y danzar tocando las cuerdas de una guitarra creada a base de notas.
Siento fluir el ritmo mientras las mismas sensaciones me inundan. Casi, y sólamente casi, resulta irónico saber que eso mismo de siempre, es esa misma incognita que perpetuamente e incesantemente se queda a esperarme.

Casi siento ansias cuando no estas cerca, supongo que porque me haces bien, pero es tan extraño saber que cuando andas rondando la que se aleja soy yo.
Y no por miedo, no confundas, tampoco por confusión o engaño, supongo que porque me habituo a tí, igual que tu te acoplas a mis sentidos, en el fondo, sé que me acoplo a los tuyos. Formamos un buen equipo ¿sabes?.

Y me imagino como será cuando ya no te vea, y ¿sabes? me resulta factible.

No lo sé, supongo que en el fondo (y sin saber como) calaste en mi como pensé (y pensaste) no haría nunca nadie.
Supongo que me diste una oportunidad (una segunda, porque las primeras ya estaban dadas) y yo te di a ti otra, una bonita, brillante.

Así cruzamos la cuerda, de lado a lado y por encima, manteniendo el maldito equilibrio y desequilibrándonos.
Casi creí que había roto la soga, sólo casi. A punto (y sólo a punto) estuve yo de tirarme y de dejarte a ti danzando.
Supongo que se impuso mi cabezonería, las ganas de demostrarme que aún me importabas. No me equivoqué, me importabas, y me alegro.

Luego quisiste tirarte tú, quizá sólo estabas loco.
Pensaste mal, no te culpo (tampoco pretendo que entiendas), supongo que creíste que me tiraría contigo; supones mal, supusiste mal.

Sin ti hay futuro, lo siento. No te lo tomes a mal, en la vida nadie es imprescindible, al menos no del todo, pero a veces la gente importa y demasiado (y eso tú lo sabes bien).
Pero tú, amigo mío, hace tiempo te llevaste algo mío, de muy dentro. Algo bonito, algo sencillo... te llevaste una de esas amistades mías, que tan difícilmente se logran. Mis felicidades escalador, de veras, lograste mantenerte en la cuerda (como es debido), y eso conociendo mis vaivenés es una proeza.
Pero así es la amistad, y a veces, es bueno decir todo esto.

Por todo eso, nunca olvides que aquí me tienes. Gracias por todo.


La emperatriz de los sueños

lunes, 23 de mayo de 2011

Adiós! :)

Y ya no dijimos nada; ¿para qué si estaba todo dicho?

Te marchaste por la izquierda, yo por el otro lado (no sé si tomé la derecha, o tomé el camino a cualquier lado; poco importa). No nos volvimos a ver, ni falta que hacía.

No obstante nuestros caminos se empecinaban en descarrilarse y unirse, de nuevo como al principio.
Supongo que albergué esperanzas, recorrí mi caminito echándo migas de pan (por si volvías), pero no lo hiciste. Te agarraste a la barandilla, y con esa retahila de pasos tuyos, seguiste adelante, haciéndo lo posible (e imposible) porque me hundiese en el fango (¿porqué no decirlo?)

Ya me deshice de ti, como de otros tantos. Pero tú, querido amigo, te emperras en volver lo andado y seguirme. Me desesperas, bien lo sepas, pero eso sí, y que te quede claro: hace tiempo que tiré el pan a un lado y así querido, ojalá te pierdas en medio del camino.

P.D:Me lo debo a mi misma; un oficial: Adiós querido.


martes, 17 de mayo de 2011

Feliz



Creo que tengo miedo de cerrar los ojos y descubrir que el mundo de detrás del telón de nuestros párpados me gusta más que el mundo real.

Supongo que dormir durante cien años nunca viene mal, si por año tienes un sueño que quemar...


Hoy la vida me huele a fuego en la leña... y a sueños



me encanta :)

lunes, 16 de mayo de 2011

Examen de la vida





El estrés se ha llevado a la señorita inspiración de vacaciones. Le ha hecho las maletas, la ha sentado en el avión y después, en Colorado la ha empujado Gran Cañón abajo.



Yo estoy sentada en el terraplen de ningún sitio, con la vista perdida, desfigurada ya la imagen del alba, distorsionado el contorno del sol, pintando con mis acuarelas las ganas de gritarle al mundo absolutamente nada.



Creo que me gustaría tumbarme bajo las estrellas, arroparme con ellas y sentir tus besos en la brisa. Después de todo, cuanto más huyo más te encuentro, quizá porque apareces para raptarme en sueños, quizá porque cuando te canto lo hago con la melacolía de la espera. Creo que me desespera y también que ya no te creo nada.



Me siento confusa entre letras, números, historia, ciencia... lo único que tengo claro es que no tengo nada claro todavía.



A veces me siento vana, a veces ridícula, a veces mejor al resto (quizá soy prepotente o quizá sólo humana), a veces perdida, a veces entera, a veces a medias... otras veces no me siento, me tumbo en la cama a estudiar como hasta ahora. Hace tiempo que dejo las horas muertas a recaudo del olvido, de los sueños y de los estudios. A veces incluso me satisface, otra sólo me confunde un poco más.


Me siento desaliñada como una ensalada y pienso que quizá el condimento perfecto es un poquito más.



Hoy no sé lo que me digo, quizá estoy aturullada y ando medio perdida entre verbos, funciones, fechas, presagios y espectativas.



Supongo que los exámenes son como la vida, la vida es un examen, ¿qué ridiculo verdad?, a veces no importa que hemos estudiado, si no que hemos aprendido.



En los examenes no sé, en la vida... aún me quedan mil y una asignaturas pendientes :) shhh guardarme el secreto: ¡No le tengo miedo a vivir! ;)


lunes, 9 de mayo de 2011

Mentir



El que toma la verdad en vano, desmiente lo dicho, y perjura en su verdad, es el más mentiroso de todos.

Sólo el que dice la verdad, hablando de verdades, sabrá que no hay nadie que no haya mentido ni un poco- La emperatriz de los sueños


La emperatriz de los sueños

jueves, 28 de abril de 2011

El cantar de un pajarillo



Ni yo hubiese sabido qué decir, ni tú como escucharme.

Así decidí callar y no decir nada, mientras tu le hablabas a mis sentidos, y éstos, escuchaban cual caudillos atentos.

Arremetían tus palabras contra el viento, contra la linde del bosque... escudriñabas la mirada en busca de un tesoro oculto quizá bajo aquel abedul.

Me preocupaba darme cuenta de que no sabías qué tenías delante (a quién tenías delante).

Y mientras mi mirada se posaba en la rama de tus labios, y mi frágil cuerpo de pájaro volaba hasta el nido de tus brazos, en ese lapso de tiempo, tú hablabas, hablabas y hablabas... no obstante no decías nada.

No encontraste el tesoro porque no miraste al pajarillo de la rama más alta del árbol, te empecinaste en sus raíces y no volviste la vista.
Quizá la vida sólo quiso enseñarme que el único tesoro valioso en tu vida eras tu mismo, y quizá, también por eso hoy, tu eres mi más valioso recuerdo.

Así, guarda mi secreta melodía en sus ramas el lindo abedul, que me dio cobijo mientra tu aullabas de pena.

Yo siempre estuve allí arriba fiel a que tus pasos no se perdieran, a que aullases a la luna cuando ésta saliese; atenta a que encontrases a quién amar...

Jamás lo hiciste, te quedaste bajo el árbol empecinado en un tesoro que se encontraba arriba; quizá por eso te quise tanto.

La emperatriz de los sueños (en un bosque de ensueño :D)

miércoles, 20 de abril de 2011

Lucha


Las palabras parecen nacidas del fragor de la batalla.
Allá donde voy veo luchas, mas no necesariamente guerras.

Luchas por sobrevivir, por la libertad, por el amor o el asedio...
Luchas de gente clandestina que sabe que sentir es más que un palpito, gente que lucha y derrama hasta el último de sus alientos.

Gente que utiliza palabras como arma, palabras llenas de sentires variopintos, que otras gentes no llegarían a entender.

Sentimientos que afloran en pleno fragor, que nos arrodillan y nos hacen escribir un capítulo más de nuestra historia, de nuestra intrahistoria prohibida.

Luchas que no duelen, ni matan gente.
Luchas que surgen efecto con el sacrilegio de la palabra tomada, luchas que derraman lágrimas de penas y amores.
Luchas con letras y nombre, luchas por el alma, la palabra y el poder de decisión.

Batallas que arriman hombros y no corvan espaldas, de esas que tiñen ríos de púrpura y de cuyas aguas bebes,

Palabras y sentimientos en el campo de batalla más eterno y más efímero (el del ser humano).

El de la palabra prohibida, el campo de refugiados que no se derrocan ni siendo derrotados.

De gente que siente, y que lucha por seguir sintiendo.
De gente que habla y lucha por seguir diciendo.
De gente que ama a sus queridos y lucha por dicho amor..
De gente que lo tiene todo, por tenerse a sí mismo...

De gente como nosotros, que luchamos incluso sin saber porqué.

Luchas que luchan por inercia de la gente.
Esa es mi batalla, la única libre y justa... la mía propia; la nuestra ( y que nunca nadie te diga que no tienes porque luchar...)

La emperatriz de los sueños :)

martes, 19 de abril de 2011

Un suspiro


Me paseo desnuda por la alameda.

Muevo los brazos como una ola, y tú me observas (¿cómo no ibas a hacerlo?), y yo te escruto y me preservo para un momento más oportuno.

Deshago lo andado, y ya lejos de ti me pregunto qué se me olvida.

No recuerdo haberte visto, mi corazón lo recuerda, mas no me lo quiere decir, (el muy sinvergüenza)así poso mi cabeza en la luna y me recuesto, a esperar que la luz decrezca y mi sueño se torne real.

La luna se despereza y me tira al mar donde floto. No me importa, mi piel se adhiere a la corriente, soy mar, soy ola...

Una mirada, una mujer desnuda y una alameda...

¿Y eso a qué me recuerda?...

ya,ya,ya

La magia de la palabra aparece cuando menos la buscas; como toda magia.


Mejor me cojo un juego de Magia Borras...

La emperatriz de los sueños (la señorita inspiración está de vacaciones u.u! )




jueves, 14 de abril de 2011



No sé si me siento triste, o es sugestión lo que me invade.

Ya llega el viernes, y con suerte, podré escalar el monte sin despeñarme.

Siento que el rompecabezas me ha abierto la cabeza de pleno, y que me desangro, porque sé perfectamente que pasará. Y tengo miedo, miedo como hacía tiempo que no sentía.


Miedo porque... no puedo decir porque.


Me cuestan las palabras, y aunque diga que prefiero no hablar, en realidad me muero por contar lo que llevo dentro mas me quedo con la agonía del callar, que duele menos que tener que decir lo que es inevitable.


Tengo la impresión de que pronto habrá un barco naufragando en las olas del mar, y que será azotado con la braveza de un mar en medio de la tempestad, y que no podrá evitar chocar con la roca.


La roca lo espera (no le queda más remedio). Está fijada en el suelo, aunque si pudiese, no dudaría en salir corriendo, levantarse los faldones y zarpar, viento en popa, a mar abierto; mar en calma (el ser humano siempre huye, yo huiría sin pensarlo).

Me siento en tierra de nadie. Clandestina.


Desearía no escribir esto, enserio lo digo.

Desearía borrarlo todo de mi mente (esta sensación de alerta, que hace ya un tiempo me invade, y me excede en la paranoia más que real) y refugiarme en el cinismo de mis ensoñaciones, mas a pesar de todo sé que debo escribir estas palabras... la lucha entre ellas, el nudo en mi garganta y las lágrimas que amenazan con salir ( y no saldrán) son demasiado patentes como para no darme cuenta de que ya ha llegado... (no puedo seguir)


Desearía despertar, que mi vida fuese no más que un ensimismamiento, un refugio en mis sueños, mas me temo que rerfulgen mis ojos ante la inevitable verdad, ante el inevitable peso del tiempo, y de lo que este conlleva.


Me siento fría y frágil. Como una amapola en medio de la nieve, desearía salir de aquí (y a la vez no hacerlo) mas mi cabezonería y mi rigor con el deber no me permiten mirar a otro lado.

Esto tiene que acabar.


Hoy debe de estar lloviendo, al menos yo me siento mojada, pero la lluvía pasa; todo pasa.


"Todo estará bien al final; si no está bien, es que no es el final" eso espero...


La emperatriz de los sueños (enfrascados)

lunes, 11 de abril de 2011

A ti de la soñadora impaciente :P


Ojalá fuese compositora de canciones, ojalá, porque tendría la letra más hermosa.

Hablaría de ti y de tu distancia.
De las veces que te vas por la puerta de atrás y ya no regresas.

De las veces que apareces en sueños y me recorres con una mirada, de cuando me tiras a la cama y después me matas a cosquillas.

De cuando te pones a cantar, y yo contigo, sin importarte lo mal que lo pueda hacer.

De cuando me llevas a tus jardines, y me elevas en tu paraíso prohibido. Cuando, de par en par me abres, las puertas de un paraíso que me ha sido vetado y allí me acurrucas en tus torneados brazos, esos de Dios Griego que tan loca me vuelven y que tanta gracia te causa a ti.

Sí, porque mi risa te hace reír (y encima lo haces como un niño) y sabes que me encanta. Me gusta tanto, que te elijo como mi canción más hermosa, como el acorde más fino, como la nota más clara, la más brillante...

De cuando me dan ganas de echarme a llorar en tus brazos, y me acoges, sin pedir explicación, y sin hacer otra cosa que decirme: "No llores, yo estoy aquí, ¿lo entiendes? ya no puede ocurrirte nada malo. Tranquila... ven"

Y sabes que tienes toda la razón (eres el pobre tonto, más listo que conozco. ¿Dónde está la maldita justicia si la tonta soy yo cuando estoy contigo?. En estar contigo, obviamente)

De cuando cierro los ojos, y detrás apareces tú.

En la maldita puerta de atrás, en la maldita mirada, en la maldita canción, en el maldito paraíso, en las malditas lágrimas.

¿Y porqué después de todo me toca esperarte?
Esperar tu vuelta, esperar a que de una vez por todas aparezcas y me inundes, como haces siempre en sueños.

¿Porqué me toca a mi soñarte y esperar que existas en algún lugar más extenso que en mis propias ensoñaciones?

¿Porque me toca pensarte, anhelarte, volverme loca, sentirme sola, sentirme mal, sentirme bien, sentir que te tengo, sentir que me faltas...? ¿Porqué?

Por que mal que me pese, lo quiera o no, yo soy:

La emperatriz de los (tus) sueños.

A ti donde quiera que estés ;)

lunes, 4 de abril de 2011

palabras al olvido


Empieza a llover sin ni siquiera ser febrero, llueve y ni es otoño; no es invierno.

Llueve la lluvia, como vuela el tiempo, y aquí, encogida y henchida yace mi alma, mas bien me temo que lo que dure mi letargo, durará también la lluvia de abril.

El tiempo pasa lento y rápido, y las miradas, observan el cuadro de lo antagónico de mi ser, con la expectación de un niño ante un Picasso, pues abstracta es mi alma, abstracto mi ser.

Si soy buena o soy mala, a cada cual se lo dejo escoger, mas bien me doy cuenta, de que ahora (más que nunca) todo es cuestión de ser o no ser.

Mañana quizá acampe, quizá luego deje de llover.

La lluvia se lleva rauda y veloz, los recuerdos de un ayer, quizá demasiado... no sé.

Mientras tanto queda mi alma acobijada y desnuda en los fuertes brazos de las palabras, el recuerdo, los sueños y el amor... y el ayer

La emperatriz de los sueños (espero no olvidarme el paraguas)

miércoles, 30 de marzo de 2011

Black Jack, piedra y a jugar!


Paseaba por la calle como un autómata descifrando (o tratando de descifrar) lo que a él sin duda le parecía un galimatías.
Escondía la mano tras la espalda (como el culpable tras lanzar la piedra) chasqueaba la lengua, con intención (quizá algo perversa) de darse a la fuga, y no aguantar la culpa. Creo que él rehusaba de ser culpable.

Así que entre ceja y ceja tenía escondido, el enigma que lo llevaría a un bar u otro (dependiendo de su sed de alcohol, que porqué no decirlo, iba en aumento) y lo apalancaría en una silla mientras dejaba las horas muertas pasar y el dinero en una absurda partida de Black Jack.

Así que siguió caminando, con la lengua medio seca, la mano tras la espalda, el dinero preparado en el bolsillo y el culo inquieto.

No solucionó nada. Se tiró por un absurdo puente y dejó de lado su absurda vida.

¿La sencilla respuesta?, él fue el gilipollas que rompió mi ventana, que me molestó con el chasquido de su lengua, que despreció mi tiempo y malgastó mi dinero. Y por si fuese poco, encima, me quedé sin cobrar.

La emperatriz de los sueños

P.D: Un sutil delirio jajaa

lunes, 21 de marzo de 2011

Sonrisa


Si la sonrisa es discordante, la mía debe de ser una melodía horrible. Una pena que no pueda dejar de reír (vengan como vengan las cosas...)

viernes, 18 de marzo de 2011

Amor y tierra


Si yo por amor surcase mar y tierra, por amor sería que yo tierra y mar surcaría.

De nada me vale saber que allá en la orilla se esconde el secreto y el tesoro escondido, si después de todo, naufrago con un cofre lleno de reliquias en mano. Y sin embargo, no dudaría en hacerlo; en mover cielo y tierra si cabe, hasta hallarlo, pues aún perdiendo después tierra, en él hallaría cuanto quiero.

Porque así es el amor y así el hombre, que instintos tiene (pero escondidos), instintos tales que es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, y sin embargo, llega a ser tan astuto, que se levanta y no duda en volver a tropezar.

Y así sería, que por un beso, recorrería la Odisea propia de Ulises. Que un hombre se enfrenta, tanto a agua como a tierra; un hombre entierra, su cofre en tierra, con la esperanza de que un naufrago encuentre islote y remueva; remueva y encuentre, enterrado, cielo, reliquia, amor y arena.

Dos almas en una, prologándose en el beso propio del atardecer, cuando el sol se esconde tras los rescoldos de piedra, que ellos se hallen allá en la tierra. Que se hallen y jamás perezcan.

Pues por amor, yo movería, cielo y tierra.

La emperatriz de los sueños

martes, 15 de marzo de 2011

ahhhhhhhhh jajajaja yo también grito, ¿sabías?


El tiempo gotea en mi sangre, y mi sangre hierve en el tiempo.
Eso desconsideradamente no quiere decir que no me agrade, y que una parte de mi no se sienta medio satisfecha (como vengo a hacer siempre las cosas) sin embargo, es mi alma, esa niña interior que parece carecer (y aunque de manera antagónica, guardar también) de toda la sabiduría, de la que hoy en día dispongo; la que se debate entre libros, sangre, horas y un millón de problemas que hacen (en comparación) que las estrellas parezcan solitarias en el firmamento, como si una revalorizase otra acompañándose en una silenciosa soledad, de probablemente millones de kilómetros (¿años luz?).

Hasta el relucir de mi escritura se a visto diezmado, lo cual, no hace si no impregnar mi ser de una incesante serenidad más inquietante aún que la decepción (autodecepción) que me acompaña.

Desearía poder proferir un sonido gutural, cual animalillo libre, pero desafortunadamente, me veo caminando en un mullido paso entre colchón, libros y entre mi incesante falta de cordura quizá demasiado cuerda.

Sin embargo, esta quietud y este estrés (de corretear de una aula a otra con la lengua medio fuera) me satisfacen sobre manera, quizá porque me gusta saber que soy capaz de autocomplacerme, de la misma forma que soy capaz de engañarme y decepcionarme; quizá por que me gusta que mi vida fluya, cual río y su caudal, con una marea alta o baja según el fluir de mis propias aguas o quizá simplemente sea que me siento plenamente satisfecha con el resplandor de mi vida, y mi eufórica existencia siempre tan cabal, e insistiendo en que me gusta estar viva casi tanto como el sentir derretirse chocolate en mis labios.

Por eso hoy me digo, que soy yo la que decido levantarme y que de caer, lo haré en un colchón biscolástico con un libro de estudio en mis manos; en cualquier caso, la caída no será mayor que la fuerza con la que decida levantarme :)

La emperatriz de los sueños (con más garra que nunca y con la intención de quedarse por mucho tiempo?

miércoles, 9 de marzo de 2011

(-( -)


Me siento tranquila, quizá por primera vez desde hace mucho tiempo (seguramente demasiado), me siento dueña de mi propio ser y de mi propio enigma, como un busca tesoros cuando encuentra un cofre, y por primera vez, desde el comienzo de su aventura, el resplandor del oro le hace sentirse orgulloso y sereno.

Estos días hay una paz dentro de mí que desconocía. La melodía disonante que solía murmullar, gritar, susurrar... (según su conveniencia) parece ahora una melodía acompasada, quizá reflejo de la melodía de un mundo paralelo al mío, que me tiene absorta e intrigada como un niño, que recién descubre la navidad.

Me siento serena, y quizá en mis palabras queda la serenidad plasmada (tengo la incesante y desconcertante sensación de que esta entrada empieza a ser una chapuza; y sin embargo me siento lo suficientemente loca como para seguir aturullando las pobre teclas, y formando yo una de mis melodías nada agraciadas (no debo de tener madera de compositora))

Me gustaría poder cabalgar entre las nobes de mi infancia y mi desconcertante falta de sentido común, cabalgar entre nubes (si cabe en un pegaso) y hacer crecer una flor en dichas nubes.
Me gustaría ser un poco más como el principito y dejarme de motivaciones desmotivadas.

Aún así, estas disonantes palabras, parecen crear una melodía algo desastrosa, pero a fin de cuenta propia.
Eso no debe de estar mal del todo...

P.D:No sé porque me ha dado por poner la imagen de una elfa, espero me perdonéis por este desastre jajaja

La emperatriz de los sueños

martes, 1 de marzo de 2011

fragmentos


"Lo extraño sería que fueses capaz de mirar más allá de tus narices, claro es, que la tuya, que de manera inapropiada tienes colocada entre tus ojos, es demasiado grande.
Aunque, claro, quizá lo grande en ti sea tu rostro, tu exceso de cara! si es que no puedes dedicarte a ser tan caradura y no pretender pagar ni un solo plato roto.

Pero ya se sabe, la ignorancia con imaginación es muy osada (y me doy cuenta de que ignorantes hay a cientos,no obstante, personas que comprendan ya no quedan tantas (por desgracia)) y parece ser que en ti se ha reunido todo el atrevimiento de un pobre loco con falta de imaginación.

Quizá la quietud empiece a hacer que muevas las caderas. Mientras tanto, seguiré leyendo a una madame con nombre francés."

Fragmento de un pensamiento fugaz

La emperatriz de los sueños

lunes, 28 de febrero de 2011

Tus palabras, mi tinta


Con tus palabras he aprendido, fue contigo con quién empecé de veras este camino .
Allá donde nadie me siguió (siquiera mi propia sombra), allá fueron conmigo tus palabras, libro bajo mi regazo y la sonrisa blanca que desprendían tus palabras en mi corazón, a buen recaudo en un costadito apartado de mis órganos más vitales.

Allá donde tropecé, calló el silencio. Ninguna palabra podría romper tan magnánime quietud, sin embargo tus palabras (dulces e inspiradoras) hablaban donde los demás no supieron si no callar.

En mi viaje, que no fue corto, lloré y reí contigo. Te dediqué a ti lo que para mí era (en aquél entonces) mi último aliento y mis últimas ganas. Te dediqué todo y me lo pagaste con mucho más.
Me abrazaron, me acurrucaron, me rozaron la mejilla... sí, ¡tus palabra los hicieron! y ni siquiera hoy han logrado marcharse, aún recorren parte de mi corazón; allí se han quedado cuan legado, quizá para algún día alguien tenga que leer dentro de mí.

Quizá tu fuiste mi marca particular de heroína. eso yo no lo sé (al menos no del todo), pero que me salvaste, de eso, no me cabe duda.

Y es por eso que hoy, recuerdo las palabras de esos libros, de esas incesantes lecturas, como palabras y tinta que sorbió mi corazón (llego a creer que dentro de mí no es sangre lo que bulle, si no tinta).

Y es por eso que después de tanto tiempo, cuando busco consejo, paz o inspiración, allí te encuentro, en el rincón más alto de la más alta altura.

Y allí descansas, una vez más esperando a que yo habra tus páginas, y descubra dentro de ti, una piedrita más en mi camino (camino que ya inevitablemente recorremos juntos).

La emperatriz de los sueños