jueves, 18 de junio de 2015

No era más...

Me he enamorado demasiado de esta imagen


No eran más que mares de tinta, y océanos, que se derramaban por dentro. Calles desiertas mal iluminadas a la una de la madrugada.
Un aguijonazo en el pecho, que clamaba justicia. Una chispa de duda, terror e inseguridad.

Era un hambre que devoraba por dentro. Que hacía temblar, llorar. Que desmembraba al hambriento.

No eran más que pensamientos fugaces que se arremolinaban en las fauces de la angustia. Eran tiempos difíciles que parecían no terminar nunca. También eran las charlas internas; esos debates en lo que las culpas siempre eran del que hacía las preguntas. No era nada más que un leve temor que poco a poco se hacía más grande.

Era un niño hambriento que se agazapaba en un rincón oscuro de la plaza del pueblo. Era enclenque, pero estaba sano. Era insano pensar que en algún momento llegaría a crecer si no moría antes. Era triste pensar que tal vez viviese dentro de sí para siempre.

No era más que una infección de estómago que iba devorando las tripas. No era más que un miedo fehaciente. Nada más que una pesadilla fugaz. Nada más que unos celos insanos, por perder a una persona que no sabía querer bien pero que quería tanto.

No era más que el eco de un amor que dolía fuerte en el pecho.

***

No estoy segura de si esto debería ponerlo aquí o en "escarcha en la mirada" porque no es en primera persona, sino en tercera.

Bueno, no importa.

La emperatriz de los sueños

lunes, 18 de mayo de 2015

Una reflexión rescatada (de un borrador de hace meses)

Me he dado cuenta de que todas las mujeres a las que describo teniendo sexo o después de tenerlo fuman. Creo que es por la idea que me viene a la cabeza de mujer fatal. Algo así como una Audrey Hepburn de prominentes labios rojos -éste también es un patrón que se repite considerablemente-, ojos seductores y uñas largas.

Todas ellas tienen en común que son las dominantes. Que saben lo que quieres, cuando lo quieren y porqué lo quieren. Hacen caso omiso a lo que los hombres quieren porque ellas no son esclavas ni dependientes. Ellas no hacen el amor, follan porque les gusta el sexo.

Me gusta de mis mujeres que son decididas. Que dicen lo que quieren en la cama y que logran lo que se proponen. Me gusta que sean mujeres que tiene múltiples orgasmos no porque ellos sean grandes amantes sino porque son ellas las que son grandes amazonas. Me gusta que dominen, que no sean vulnerables ni en la cama ni fuera de ella.

Me gustan las mujeres fuertes, atrevidas. Mujeres que no teman al qué dirán, ni a los clichés, ni a los demás. Me gusta que disfruten de la cama, de los hombres y de sus libertades. Y es que me encanta pensar en el sexo como un acto de rebeldía, como un libertinaje y no una esclavitud. No me gustan las mujeres sumisas ni las que se conforman. No me gusta que sólo ellos digan y hagan lo que quieren.

Me gusta de las mujeres que tienen sexo en mis historias, no que fumen cigarrillos, que es un fetiche, sino que se valoren lo suficiente como para decir "Aquí estoy yo y quién eres tú para decirme qué tengo que hacer. Que nunca olvides, que a ti querido, te encontré en la calle"


Si será...



A veces, sólo a veces, te sientes tan triste y tan sola. Y no sabes qué es lo que te ha decepcionado esta vez, si esos mensajes que nunca llegan, esa situación  que te supone un problema que no sabes si vas a superar aunque sepas que no es para tanto, si esas personas que ya no están y echas de menos... 

Ya no sabes a quién echarle la culpa. Tampoco sabes qué tienes que culpar. Pero te sientes triste, aunque no sepas porqué. Es en esos momentos cuando empiezas a pensar en tu vida de ahora.¿Eres feliz normalmente?¿Cuándo te pones triste?¿Qué o quién causa esa tristeza? Eres feliz, pero a veces hay peros. Es como si nunca fuese suficiente y siempre hubiese peros.
Pero no es suficiente.
Pero esas personas ya no están.
Pero no sabes qué hacer con tu vida.
Pero qué pasa si esto no funciona.
Pero, pero, pero, pero...

Y te pones a pensar no en todo lo que anda bien en tu vida, ¿para qué?, mejor pensar es todas las cosas que no están bien. Piensas en que ya no sabes desconectar, y te contemplas a ti misma como una muñeca de trapo. Te anulas. 
Piensas en la dependencia tecnológica, emocional...¿Dónde ha quedado esa mujer independiente y fuerte? ¿A dónde se ha ido?

Y entonces recuerdas. Recuerdas las sonrisas que se fueron de personas que también marcharon. Recuerdas la risa que te hacía reír. Las conversaciones infinitas hasta las tantas. El coqueteo infinito de una broma entre amigos. Las chanzas que te hacían vibrar. 
Recuerdas los lugares que visitabas, las cosas que solíais hacer juntos. El día en que escribiste vuestros nombres, rezando porque las cosas funcionasen. 
Te preguntas si los nombres seguirán allí, pero no tienes valor para ir a mirar. 

Recuerdas sus manos y piensas que no eran tan cálidas como las que ahora te acarician. Comparas y ves que no hay comparación. Que añoras una gran amistad, no un gran amor. Y te sientes sola y triste por haber perdido a un amigo. Y te sientes sola y triste sin saber porqué. 

Si serán esos mensajes que se demoran en llegar. Si será ese examen que piensas no aprobarás. Si será esa persona que una vez se marchó y ya no volverá. Si serás tú, que nunca pareces tener suficiente. 

¿Qué será?

domingo, 17 de mayo de 2015

Y ahora



Y entonces ya no sabes quien eres. Ya no haces las cosas que solías hacer. Ya no escribes. Ya no bailas. Ya no cantas.
Ahora ya no tienes tiempo para esas cosas o eso te dices, y en la excusa, sigues perdiendo las horas, dejándolas marchar, viéndolas partir. Y contemplas el reloj y sabes que estás quieta, que ya no te mueves. 

Que ahora te estás olvidando de ser tu misma. Ya no te conoces. Tus gustos han cambiado. Tu manera de caminar ha cambiado. Tu manera de escribir... ha cambiado. Ya no es la misma. Ya no eres la misma. 

Y entonces no sabes quien eres. Y haces cosas que antes no te gustaban. Y ahora si. Y haces cosas que nunca habías pensado que harías. Y te enriquecen. Y estás creciendo. Y estás cambiando. 

Ahora has aprendido cosas nuevas. O lo intentas. Intentas aprender algo para poder enseñar, para tener un intercambio equivalente. Que no sólo den, que también des. Piensas que todo es distinto. Que nada es igual. Ya no eres la misma. Estás cambiado.


Y entonces comprendes que los cambios no son malos. Y tampoco buenos. Y que son cosas de la vida, de crecer como persona. Y sonríes. Y lloras. Y comprendes. Y ya no eres la misma. Y te gusta. 


Ahora eres distinta. Ahora eres tú. Una nueva tú. Pero tú al fin y al cabo. 


Y finalmente comprendes, que incluso habiendo cambiado eres la misma. Y eres tú. Y eres feliz. Así de cualquier modo. Y las cosas están bien cuando siguen su curso. Y sí, añoras a aquella chiquilla que rozaba la libertad porque ya no te sientes libre. Y entiendes que la vida está llena de sacrificios. Y eso te gusta, en parte te gusta. Y eso te hace ver, te enseña. Y te vuelves autodidacta. Y te convences de que los cambios pasan por algo. Y está bien. Y está mal. Y estás contenta de que sea bueno y malo. Y te gustan los dulce-amargos de la vida.


Y entonces sabes quien eres. Y empiezas a hacer las cosas que hacías. Y ahora vuelves a escribir. Y vuelves a cantar. Y vuelves a bailar. 

Y ahora vuelves a tener tiempo o eso te dices y con esa excusa retienes el tiempo. Y después del letargo...

...Te mueves.


domingo, 4 de enero de 2015

Un montón de ideas que sólo tienen conexión en mi cabeza

El 2014 ha sido el mejor año en muchísimo tiempo, aunque no acabó bien, en general creo que ha sido un gran año.

Este 2015 sin embargo no parece que empiece con buen pie.

Hace un par de día discutí con mi pareja porque tengo la sensación de que estoy dejando a mis amigas de lado. Ya no me apetece salir tanto con ellas, cada una tiene un grupo diferente y siento que nos estamos distanciando. 
Yo me voy con SU grupo y mi mejor amiga con un grupo con el que no comparto los mismos gustos. A veces siento que se aburre estando conmigo, que ya no es lo mismo. Estuve pensando en todo esto y le dije que a lo mejor debería empezar a quedar más con las chicas y menos con el nuevo grupo, que todo hay que decirlo me cae genial. 
Pero no puedo o no debería al menos, dejar las viejas amistades de lado. 

A veces también creo que es una paranoia mía porque veo a mi mejor amiga una vez por semana (o al menos lo intento) y el resto de amigas suele venir con el grupo. Pero siento que ya no tengo la iniciativa de coger un sábado y decir, "chicas, ¿qué hacemos hoy?" y creo que es hora de recuperarlo. 

Hasta aquí todo bien. 

El problema viene o vino, con una frase que explica bastante bien cómo me siento, mis temores, mis miedos, mis dudas... "No puedo dejarlas de lado porque no puedo estar segura de que esto sea para siempre, que sí lo es perfecto, ya pueden darle a todo por culo" 

Creo que no fue la manera más correcta de expresarlo. No es que quiera renunciar a todos por él ni mucho menos. Simplemente que si supiese que nuestra relación va a durar eternamente, no tendría que estar preocupándome de si un sábado quedo o no quedo con mis amigas y sí quedo o dejo de quedar con el grupo. Suena cruel y patético, pero me asusta descubrir que en un futuro estaré sola. 

Ahora es cuando aclaro varios puntos:

El primero de todos es que NO ESTOY CON ÉL PORQUE ME SIENTA SOLA. Estoy con él porque le quiero. Porque me hace sentir bien y feliz y me encanta pasar el tiempo a su lado. Me gustaría, subjetivamente hablando, que si es así como voy a sentirme durase como poco para toda la vida. 

En segundo lugar quiero aclarar que tengo pocas amigas, y aún menos que sean AMIGAS DE LAS BUENAS. Parte de las chicas con las que voy son típicas chicas con las que pasas buen rato, te ríes y poco más. Son personas a las que no les contaría los pormenores de mi vida. De ésas tengo pocas. Muy pocas y me da tanto miedo perderlas por no saber llevar una relación....

Lo tercero es que me obsesiono bastante con las personas y me vuelvo un poco posesiva. No lo demuestro porque creo que cuando quieres a alguien tienes que dejarlo libre para que sea quien es. Que haga lo que le haga sentir bien sin sentirse atado a nada ni nadie. Pero por dentro, cuando empiezo a querer a alguien, a confiar en alguien... me invade una sensación de posesión. TENGO PÁNICO A PERDER A LAS PERSONAS A LAS QUE QUIERO.  Por eso constantemente le digo a mi mejor amiga que siento que la estoy dejando de lado, y ella me dice que soy una pesada que siempre ando diciendo lo mismo. Tiene razón, pero no puedo evitar sentirlo. 

Lo cuarto es que SOY MUY INSEGURA. Parezco una chica atrevida y confiada, pero no lo soy. Ya he dicho que me da miedo quedarme sola, perder a la gente a la que quiero. Todo esto se debe a que he perdido a mucha gente que quería. Perdí a la que fue mi mejor amiga de la infancia por la distancia, a la que fue mi mejor amiga durante un par de años cuando tenía la edad del pavo, a una chica que llegué a considerar una gran amiga, a mi ex novio que era también mi mejor amigo... No sé, a lo largo de los años he ido perdiendo a gente que creí que siempre estaría ahí y eso me ha vuelto insegura. 

Lo quinto es que DEBERÍA DEJAR DE SER TAN PESADA Y CAMBIAR LO QUE NO ME GUSTE. Siempre ando diciendo que "si te dejo de lado me lo dices" en vez de dejar de hacerlo si realmente pienso que lo hago. Por eso, de ahí mi discusión con mi pareja. 

Quiero empezar a salir menos con el grupo, me gustaría quedar con las chicas aunque sea un rato todas las semanas. Tener algún sábado (y eso que llevo al menos 4 semanas pidiéndoselo pero por H o por B al final nunca se puede) con mi mejor amiga, para beber, reír y comer mucho. Llegar a casa a las tantas y que no me preocupe la hora. Quiero una borrachera épica de las que no llegan a dejar resaca pero te sacan la sonrisa tonta toda la noche. 

El punto de la discusión fue la frase que he mencionado antes. Él me dijo que le había sentado mal que indistintamente de si estamos o no juntos, deje de hacer cosas por él. Fue un mal entendido porque no quería decir eso, aunque realmente sí que he dejado de hacer cosas que antes hacía porque está él en mi vida. LA CULPA NO ES SUYA, ES MÍA PORQUE HABLO MUCHO Y NO HAGO NADA. Quiero mas tiempo con mis amigas pero no se lo dedico. Pues habrá que cambiarlo ¿no? Así que después de aclarar que el problema es la mala gestión del tiempo y no de que él me oprima (porque para ser fieles a la verdad él siempre anda apoyándome en mis proyectos y ayudándome a encontrar hobbies nuevos. Empecé a tocar el bajo aunque fue un proyecto infructuoso. Empezaré a tocar el piano, a dibujar y a escribir más) he decidido que voy a dedicarles más tiempo a las chicas. ¿Es justo no? 

El nuevo problema está ahora en mi cabeza. Y es que no sé si es por los exámenes o porque se lo ha tomado al pie de la letra, pero estos dos días han sido muy raros. Apenas hemos hablado y eso me entristece porque pienso que a lo mejor él piensa que no quiero pasar tanto tiempo con él. Yo quiero que sigamos quedando y que nuestra relación siga igual de bien. 

Porque este año con él ha sido increíble. He vivido cosas que nunca creí que llegaría a vivir, he superado miedos que nunca pensé que superaría. HE CRUZADO BARRERAS QUE TEMÍ CRUZAR Y NO HE MUERTO EN EL INTENTO. He descubierto cosas y partes de mí que no conocía. He besado, he reído, he abrazado y he querido con una intensidad que pensé que no era real. Y siento que cada día que pasa le quiero más y más. 

Y a veces odio ser tan insegura y montarme tantos dramas. Lo bueno es que no los exteriorizo tan frecuentemente como los vivo, lo cual me hace perder puntos de neurótica y eso está bien porque parezco equilibrada y todo. 

El caso es que espero que realmente sepa cuánto le quiero. Espero que sepa que quiero compartir los momentos de mi vida con él. Y espero que en mis momentos estén también mis amigas porque con el tiempo me he dado cuenta de que son parte de mí  y que debo conservarlas. 

Lo que me asusta quizá sea no el miedo a perderlas, sino el miedo a no encontrarme después. Intentaré como auto-propósito de 2015 (porque mi lista de propósitos va a parte) prestarles más atención a mis amigas, porque repito, posiblemente sea todo paranoia mía. Pero ahora mismo es algo que necesito. 

LA CLAVE DEL MIEDO ES, VENCERLO.