martes, 12 de febrero de 2013

Es un comienzo... jajajja

Dicen que para encontrar tu vocación debes imaginarte haciendo algo, y pensar después si lo harías por el mero placer de hacerlo, sin remuneración alguna. 
Personalmente sólo me vienen a la cabeza dos cosas que podría hacer, simplemente por la sensación de bienestar que me aportan. 



La primera, y admito, se me ha ocurrido mientras comenzaba a redactar estas tímidas palabras; sería ayudar a los más desfavorecidos. Suena a cliché, pero no suelo quedarme estancada en los formularios de cortesía o las actitudes socialmente aceptadas. 
De hecho, tras deliberarlo durante largo rato (unos cinco minutos para hacerle honor a la verdad), he decidido que si mi futuro no está en la publicidad (impelida por mis notas) lo estará en la educación social, de la cual, poco o nada sé. 
Pero deduzco por educación y social, que tiene que ver con educar y ayudar a todas esas personas que tienen problemas, y creo personalmente que ayudarlas a salir adelante es una buena acción, y que como las buenas acciones me reconfortará en un futuro. 
Aunque (me conozco bien) sé que ciertas situaciones  si son impactantes me dejarán marcada, pero también creo que esas marcas son una buena oportunidad para crecer como persona y para auto-realizarme un poco. 
Sea como fuere, el caso es que ayudar a los demás me hace sentir bien, sin ánimo de lucro (aunque, es cierto que el sentimiento de bienestar puede y de hecho es, un lucro, rallando ya la filosofía y la ética. Aunque ese ya es otro tema en el que no voy a entrar, al menos de momento). 
También es cierto que tratar con personas tiene sus inconvenientes, porque las personas en las que pones una esperanza (porque a fin de cuentas, esperas de ellas más de lo que pueden dar) al final pueden defraudarte, pero me he prometido que no iba a hablar de este tema, y voy a ser fiel a mi palabra. 

...Aquellos que poco te valoran, poco valor merecen. 

La segunda cosa que me viene a la cabeza, y es la que me ha impulsado a desempolvar este diario, es la escritura
Siempre he tenido claro que podría dedicarme a ello gratis, por puro placer. 

Aunque por desgracia últimamente se me ha olvidado esta lección que hace muchos años aprendí simplemente por instinto. Y es que a veces creo que era más feliz=) escribiendo cuando no tenía porqué de hacerlo. Cuando lo que me impulsaba era simple y llanamente el placer de hacerlo. 
Y eso se me ha olvidado durante demasiado tiempo... por eso mis letras son tan carentes de alegría, tan carentes de entusiasmo... por eso las palabras ya no me liberan.

Durante un tiempo escribía por el mero echo de que sentía la necesidad de hacerlo, como un deber impuesto... ¡NO PODÍA ABANDONAR MIS BLOGS!
Entonces vino la carencia de emoción, el arte por el arte (mi Romanticismo personal), las palabras vacuas llenas de florituras y amalgamas. 
Después vino la pena y el desuso... y con ella se fueron todas mis manías, mis ganas de seguir luchando por algo que me llenaba y ya no me llena... 

Y aún así, la primera cosa que viene a mi mente es la escritura . Porque aún hoy atisbo historias dentro de mí, historias a las que les gustaría ver la luz... pero tengo que reaprender, que no son historias para ti  o para esa mujer que me podría leer sentada en la cocina. Que no son historias para un anciano en un bar o una adolescente enamorada del aire... Que son historias por y para mi... que son historias para ellas mismas. Que mis personajes se crean (y se creen)  por y para ellos mismos... 

Por eso ahora mismo, creo que necesito encontrar un equilibrio perdido, entre mi yo particular y los miles de yo's que anidan dentro de mí. Porque...

... "Writers aren't exactly people... They are a whole bunch of people trying to be one person"- F. Scott Fitzgelrald