jueves, 28 de abril de 2011

El cantar de un pajarillo



Ni yo hubiese sabido qué decir, ni tú como escucharme.

Así decidí callar y no decir nada, mientras tu le hablabas a mis sentidos, y éstos, escuchaban cual caudillos atentos.

Arremetían tus palabras contra el viento, contra la linde del bosque... escudriñabas la mirada en busca de un tesoro oculto quizá bajo aquel abedul.

Me preocupaba darme cuenta de que no sabías qué tenías delante (a quién tenías delante).

Y mientras mi mirada se posaba en la rama de tus labios, y mi frágil cuerpo de pájaro volaba hasta el nido de tus brazos, en ese lapso de tiempo, tú hablabas, hablabas y hablabas... no obstante no decías nada.

No encontraste el tesoro porque no miraste al pajarillo de la rama más alta del árbol, te empecinaste en sus raíces y no volviste la vista.
Quizá la vida sólo quiso enseñarme que el único tesoro valioso en tu vida eras tu mismo, y quizá, también por eso hoy, tu eres mi más valioso recuerdo.

Así, guarda mi secreta melodía en sus ramas el lindo abedul, que me dio cobijo mientra tu aullabas de pena.

Yo siempre estuve allí arriba fiel a que tus pasos no se perdieran, a que aullases a la luna cuando ésta saliese; atenta a que encontrases a quién amar...

Jamás lo hiciste, te quedaste bajo el árbol empecinado en un tesoro que se encontraba arriba; quizá por eso te quise tanto.

La emperatriz de los sueños (en un bosque de ensueño :D)

miércoles, 20 de abril de 2011

Lucha


Las palabras parecen nacidas del fragor de la batalla.
Allá donde voy veo luchas, mas no necesariamente guerras.

Luchas por sobrevivir, por la libertad, por el amor o el asedio...
Luchas de gente clandestina que sabe que sentir es más que un palpito, gente que lucha y derrama hasta el último de sus alientos.

Gente que utiliza palabras como arma, palabras llenas de sentires variopintos, que otras gentes no llegarían a entender.

Sentimientos que afloran en pleno fragor, que nos arrodillan y nos hacen escribir un capítulo más de nuestra historia, de nuestra intrahistoria prohibida.

Luchas que no duelen, ni matan gente.
Luchas que surgen efecto con el sacrilegio de la palabra tomada, luchas que derraman lágrimas de penas y amores.
Luchas con letras y nombre, luchas por el alma, la palabra y el poder de decisión.

Batallas que arriman hombros y no corvan espaldas, de esas que tiñen ríos de púrpura y de cuyas aguas bebes,

Palabras y sentimientos en el campo de batalla más eterno y más efímero (el del ser humano).

El de la palabra prohibida, el campo de refugiados que no se derrocan ni siendo derrotados.

De gente que siente, y que lucha por seguir sintiendo.
De gente que habla y lucha por seguir diciendo.
De gente que ama a sus queridos y lucha por dicho amor..
De gente que lo tiene todo, por tenerse a sí mismo...

De gente como nosotros, que luchamos incluso sin saber porqué.

Luchas que luchan por inercia de la gente.
Esa es mi batalla, la única libre y justa... la mía propia; la nuestra ( y que nunca nadie te diga que no tienes porque luchar...)

La emperatriz de los sueños :)

martes, 19 de abril de 2011

Un suspiro


Me paseo desnuda por la alameda.

Muevo los brazos como una ola, y tú me observas (¿cómo no ibas a hacerlo?), y yo te escruto y me preservo para un momento más oportuno.

Deshago lo andado, y ya lejos de ti me pregunto qué se me olvida.

No recuerdo haberte visto, mi corazón lo recuerda, mas no me lo quiere decir, (el muy sinvergüenza)así poso mi cabeza en la luna y me recuesto, a esperar que la luz decrezca y mi sueño se torne real.

La luna se despereza y me tira al mar donde floto. No me importa, mi piel se adhiere a la corriente, soy mar, soy ola...

Una mirada, una mujer desnuda y una alameda...

¿Y eso a qué me recuerda?...

ya,ya,ya

La magia de la palabra aparece cuando menos la buscas; como toda magia.


Mejor me cojo un juego de Magia Borras...

La emperatriz de los sueños (la señorita inspiración está de vacaciones u.u! )




jueves, 14 de abril de 2011



No sé si me siento triste, o es sugestión lo que me invade.

Ya llega el viernes, y con suerte, podré escalar el monte sin despeñarme.

Siento que el rompecabezas me ha abierto la cabeza de pleno, y que me desangro, porque sé perfectamente que pasará. Y tengo miedo, miedo como hacía tiempo que no sentía.


Miedo porque... no puedo decir porque.


Me cuestan las palabras, y aunque diga que prefiero no hablar, en realidad me muero por contar lo que llevo dentro mas me quedo con la agonía del callar, que duele menos que tener que decir lo que es inevitable.


Tengo la impresión de que pronto habrá un barco naufragando en las olas del mar, y que será azotado con la braveza de un mar en medio de la tempestad, y que no podrá evitar chocar con la roca.


La roca lo espera (no le queda más remedio). Está fijada en el suelo, aunque si pudiese, no dudaría en salir corriendo, levantarse los faldones y zarpar, viento en popa, a mar abierto; mar en calma (el ser humano siempre huye, yo huiría sin pensarlo).

Me siento en tierra de nadie. Clandestina.


Desearía no escribir esto, enserio lo digo.

Desearía borrarlo todo de mi mente (esta sensación de alerta, que hace ya un tiempo me invade, y me excede en la paranoia más que real) y refugiarme en el cinismo de mis ensoñaciones, mas a pesar de todo sé que debo escribir estas palabras... la lucha entre ellas, el nudo en mi garganta y las lágrimas que amenazan con salir ( y no saldrán) son demasiado patentes como para no darme cuenta de que ya ha llegado... (no puedo seguir)


Desearía despertar, que mi vida fuese no más que un ensimismamiento, un refugio en mis sueños, mas me temo que rerfulgen mis ojos ante la inevitable verdad, ante el inevitable peso del tiempo, y de lo que este conlleva.


Me siento fría y frágil. Como una amapola en medio de la nieve, desearía salir de aquí (y a la vez no hacerlo) mas mi cabezonería y mi rigor con el deber no me permiten mirar a otro lado.

Esto tiene que acabar.


Hoy debe de estar lloviendo, al menos yo me siento mojada, pero la lluvía pasa; todo pasa.


"Todo estará bien al final; si no está bien, es que no es el final" eso espero...


La emperatriz de los sueños (enfrascados)

lunes, 11 de abril de 2011

A ti de la soñadora impaciente :P


Ojalá fuese compositora de canciones, ojalá, porque tendría la letra más hermosa.

Hablaría de ti y de tu distancia.
De las veces que te vas por la puerta de atrás y ya no regresas.

De las veces que apareces en sueños y me recorres con una mirada, de cuando me tiras a la cama y después me matas a cosquillas.

De cuando te pones a cantar, y yo contigo, sin importarte lo mal que lo pueda hacer.

De cuando me llevas a tus jardines, y me elevas en tu paraíso prohibido. Cuando, de par en par me abres, las puertas de un paraíso que me ha sido vetado y allí me acurrucas en tus torneados brazos, esos de Dios Griego que tan loca me vuelven y que tanta gracia te causa a ti.

Sí, porque mi risa te hace reír (y encima lo haces como un niño) y sabes que me encanta. Me gusta tanto, que te elijo como mi canción más hermosa, como el acorde más fino, como la nota más clara, la más brillante...

De cuando me dan ganas de echarme a llorar en tus brazos, y me acoges, sin pedir explicación, y sin hacer otra cosa que decirme: "No llores, yo estoy aquí, ¿lo entiendes? ya no puede ocurrirte nada malo. Tranquila... ven"

Y sabes que tienes toda la razón (eres el pobre tonto, más listo que conozco. ¿Dónde está la maldita justicia si la tonta soy yo cuando estoy contigo?. En estar contigo, obviamente)

De cuando cierro los ojos, y detrás apareces tú.

En la maldita puerta de atrás, en la maldita mirada, en la maldita canción, en el maldito paraíso, en las malditas lágrimas.

¿Y porqué después de todo me toca esperarte?
Esperar tu vuelta, esperar a que de una vez por todas aparezcas y me inundes, como haces siempre en sueños.

¿Porqué me toca a mi soñarte y esperar que existas en algún lugar más extenso que en mis propias ensoñaciones?

¿Porque me toca pensarte, anhelarte, volverme loca, sentirme sola, sentirme mal, sentirme bien, sentir que te tengo, sentir que me faltas...? ¿Porqué?

Por que mal que me pese, lo quiera o no, yo soy:

La emperatriz de los (tus) sueños.

A ti donde quiera que estés ;)

lunes, 4 de abril de 2011

palabras al olvido


Empieza a llover sin ni siquiera ser febrero, llueve y ni es otoño; no es invierno.

Llueve la lluvia, como vuela el tiempo, y aquí, encogida y henchida yace mi alma, mas bien me temo que lo que dure mi letargo, durará también la lluvia de abril.

El tiempo pasa lento y rápido, y las miradas, observan el cuadro de lo antagónico de mi ser, con la expectación de un niño ante un Picasso, pues abstracta es mi alma, abstracto mi ser.

Si soy buena o soy mala, a cada cual se lo dejo escoger, mas bien me doy cuenta, de que ahora (más que nunca) todo es cuestión de ser o no ser.

Mañana quizá acampe, quizá luego deje de llover.

La lluvia se lleva rauda y veloz, los recuerdos de un ayer, quizá demasiado... no sé.

Mientras tanto queda mi alma acobijada y desnuda en los fuertes brazos de las palabras, el recuerdo, los sueños y el amor... y el ayer

La emperatriz de los sueños (espero no olvidarme el paraguas)