martes, 25 de octubre de 2011

hipertensión


25-10-13

Recorres mi hipertensión. Me alteras, te adelantas, frenas en seco, derrapas, me rompes. Ya no importa, ya no.

Recorres mi subconsciente olvidando el inconveniente que lleva consigo. Te devuelvo, me revuelvo, te espeto, preguntas, olvidas...

Recorres mi canción en tu sombra, me apabullas, me desarmas, me ilusionas, me amarras, me inhibes...

¿Sabes cuantas veces intentaste hacer lo que decías, sin quedarte a medias? lo sabes, quizá porque en el fondo te encuentras conmigo. Luego, sabes lo que dicen por ahí, de que ya nada importa, y de que soy tan pretenciosa como intento no ser.
El egocentrismo de hablar de mi misma y escribir sobre un nosotros inexistente. El frenesí, la droga, el alcohol en vena... las ganas de reír, de llorar, según la vida, según nuestras ilimitadas circunstancias.

Hablar de cuantas cosas nos hicieron pasar para volver a sentir que eramos felices y el mundo nuestro; en nuestros sueños, en mis promesas al futuro y nuestro perenne olvido.

Saber lo que decían antes de decidir que iban a decir, o descubrirnos en tu colchón agujereado, por tanto amor como quisimos compartir. Deshilachar nuestros ilbanados recuerdos subrealistas, desencajarse la mandíbula a carcajadas y después decidir que no hacer nada lo era todo.

Tanto para tan poco, tanto para seguir intentándolo...

Discutir, asentir, desentrañar, entrañables, disconforme, arqueotípicas...

Inventar nuestros anhelos, para discurrir el día a la inversa, insistiendo por si acaso decidía amanecer la luna, y anochecer el sol. En tus brazos arropada y desnuda, frágil y colorada, por la canción de tu nana en mi oído y tu garganta. Fresa, vodka... amor, desgarre....

Cuando ya el mundo no tiene ni tenía sentido, y amanecía a diario. Cuando era todo tan pequeño y tan frágil como para guarecerse del mundo en nuestra bolita de cristal. Entonces aceleraba el viento, derrapaba mi conducta, se alteraba mi perspectiva, te frenabas, me rompías....

Todo volvía a ti y ya no tenía sentido, pero bueno, era gozosa la vida. Ahora, entiendo que lo que digo pasa por momentos que no dicen nada.

Que mienten tanto como pueden relucir mis delirios, si es que te apareces en todos ellos, en forma de amor.

¿Pero qué le voy a hacer si lo que a mí me gusta, y siempre me ha gustado, a sido dedicarte a ti, así sin más, todo mi yo, y ahora, he aprendido a compartirlo? ves, hasta las afirmaciones son interrogantes que cuelgan de tus labios de papel... Todo esto me vuelve loca

Calor, recuerdos que nunca llegaron, príncipes inventados, sábanas por manchar, vidas por machacar, futuro... silencio, ¡calla!

domingo, 16 de octubre de 2011

Deliras tanto o más que yo, pero éso, tú ya lo sabes


A mediados de un día cualquiera, de un mes cualquiera, en un mundo cualquiera, como hoy.

Y es que era todo tan real, que casi tenía sentido.
Una, calvaba las uñas en tu espalda para no caer, mientras, tú, desgarrabas mis muslos por atrás para tirarme. Era nuestra lucha de titanes, en la que sólo participaba yo... era todo tan inconsciente e insistente, que casi, me automutilaba cada vez que pensaba en escalar una posición en tu vida.

Luego, ya me daba cuenta de que no; y seguí colgada, por si cambiabas de opinión o te decidías por dar un paso atrás y encontrarme.

Entonces, el mundo tenía más sentido que ahora; que todo está alrevés y ya nada funciona mal, al contrario, en mi mundo cercano, todo va tan bien que da grima.


Y es que cuando, decidiste emprender aquél dichoso viaje, yo me marché contigo, por si te pesaban las maletas y decidías salir a cazar mariposas en nuestros estómagos.
Luego, recorrías el mundo con tu mirada infinita, me amarrabas al poste de tus deseos, y me llenabas la cabeza, de absurdos pensamientos, sobre amores fantásticos que luego, nunca viví.


Aún espero a que tus historias dejen de ser fantasias de cuando exploré tu mundo, porque, a fin de cuentas, me enseñaste a ser rebuscada y pensar por mi misma, que no es poco. Y eso que, cada vez que me doy la vuelta el mundo está al revés y yo cabeza abajo.

Porque para que engañarnos, no es normal que no sea mío ni nuestro, un beso robado, o que entre mi cuerpo en una 36 como podría entrar en tu ser... pero la cosa es así.
Los besos robados no son míos, y sin embargo tengo unos magníficos pantalones nuevos, que no tienen nada que ver contigo. Porque ya te digo, cariño, el mundo sin tí va mejor pero es más aburrido.


Porque todo me sorprende ya demasiado, y no ando yo para sorpresas tan desmesuradas; y luego están tus cuentos... aquí, esperando a que por fin aparezca mi príncipe, aquel que me prometiste para luego esconder Dios sabe donde.

Porque tú tienes tanto devarajuste en el cuerpo, como alcohol en las venas. Pero es divertido, aunque esperar ya no lo sea tanto, y una se desespere (sólo los días mediocres, como hoy y como contigo), desde luego, nuestras lunas llenas dejaron mucho que desear. No eran tan vanidosas como tus historias sobre mi futuro incierto.

Me dejaste siendo una melónmana, no por las canciones, apenas escucho la música, es solo, que incluso hoy, un día cualquiera, de un mundo cualquiera, escucho la especial melodía de tu canción; y hoy, es el día, en que sigo pensando que es hermosa...

... por eso sigo creyendo en tus cuentos, y me divierte pensar que aunque todo vaya realmente mal porque todo es de fábula, yo soy parte de la irrealidad de tus cuentos. Y ser protagonista de tus delirios, me enamora.

La emperatriz de los sueños :)