viernes, 20 de enero de 2012

* . *


He decidido tomarme las cosas con calma sólo para ver como se precipita lo que tan lentamente nos está ocurriendo.
Y es que ando tan estúpidamente enganchada a ti, que te imagino corriendo camino a casa para volver a hablar conmigo.

Tan ilusionada con algo que hace apenas, ¿cuánto? ¿10 días? no era ni capaz de imaginar, que no puedo parar de repetirme que tu sonrisa es maravillosa.

Porque sé que no eres perfecto, ni te asemejas a ése prototipo de chico, que yo siempre quise en mi vida.
Tú eres real, y eso te hace tan mágico... Porque ¿para qué engañarnos?, te digo, me encanta que sonrías, que siempre tengas las manos frías, que tiembles y tengas que refugiarte bajo miles de mantas. Adoro cuando me hablas como si fuese la única, como si lo importante de todo esto fuese yo, cuando juegas con un mechero que nunca usas, cuando prometes encontrar mis puntos débiles y hacerme fuerte jugando con ellos.

Y es que he decidido dejar de tener miedo, a todo esto que, hace ya tanto tiempo que ya resulta como nuevo para mí. Porque es verdad, no se puede hablar de nada sin antes sentirlo, y ahora que te siento, que hay "feeling", puedo hablar de ti sin demasiado pudor.
Si es que ya no puedo parar de pensarte... ¡Qué ridícula e irónica la vida!, pensé que nunca me fijaría en ti (yo tan obcecada con él, sin verte...) y mira ahora a donde he llegado.

Y es que me da tanto miedo escribir estas líneas, miedo por saber que quizá no se hagan realidad, que no quiero ni pensar qué sería de mí si me doy cuenta de que me ilusionas demasiado. Porque es que, me encanta abrazarte, darte esos dos besos que tú siempre me pides...
No sé, si es que simplemente me encantas tú, y ya no quedan explicaciones suficientes para justificar eso.
Y ahora, puedes considerarte afortunado, me has robado algo que siempre creí mío... mis pensamientos y ¿porqué no? la inspiración.

La emperatriz de los sueños (nunca mejor dicho)

domingo, 1 de enero de 2012

recordando hemos andado hasta el 2012 :)



Cuando me he levantado, a eso de la una del mediodía, estaba inspiradísima, con un repertorio alucinante para irme por las ramas, especialidad mía, por otra parte. No obstante (que manía tengo con los peros), ya se sabe que la inspiración viene cuando viene y que entre tostada y tostada no se puede pasar a felicitar el año.
En cualquier caso, y sea como fuere, ¡FELIZ 2012!

Como ya viene siendo tradición, al menos en los tres años (¿tres ya?) de bloggera (y que rara se me hace la palabra), caigo en la tentación de hacer balance. En realidad, creo que este (este pasado) ha sido un año fantástico (perdonar las incongruencias que podaís encontrar con respecto al tiempo), un año que, quitando pormenores, me ha dado grandes satisfacciones y no tantos disgustos como vengo acostumbrando. Porque, haciendo un balance un poquito general, no puedo decir que tuve una infancia absolutamente fácil (no digo por supuesto, que fuese complicada), tuve la mala suerte de nacer en un mundo de niños crueles.
Pero bueno, con el tiempo una se da cuenta de que mi generación fue y es la generación de los (perdonar la palabreja) "hijosdeputa" por excelencia. Claro que hay excepciones que sin duda alguna demuestran la regla, gente que es adorable, encantadora, sencilla, amigable, inteligente... y unos muchos otros -ables que podaís encontrar por ahí (no, no me refiero a impresentables, abobinables, indeseables... Mejor olvidar lo dicho).
Encontré buenos motivos (siempre para una niña de cinco años) para sonreír todos los días y seguir creyendo en las cosas bonitas, como mis dibujos o los cuentos que me leía mi madre en el sofá del salón.
Recuerdo también momentos graciosos y divertidamente afables, como el juego de "Los huevitos de colores" en el que siempre el más osado ganaba (y como no, a mi me encantaba eso de ganar. jeje) y decir el color más simple (y no el "anaranjado con purpurina y un toque de esmalte dorado" que decían mis compañeras de juego, y que por asombroso que parezca, unas niñas de cinco y seis años eran capaces de predecir) era siempre la manera más sencilla de ganar el juego. Solo había que correr lo más rápido posible.

Con la preadolescencia puedo decir otro tanto, de lo malo, y no tanto de lo bueno.
Por suerte (o no) no voy a enrollarme con los pormenores de esta etápa que de manera tan exasperante tuve que compartir con la quinta de imbéciles redomados a los que yo sin duda "tanto y tan buen" aprecio les tengo.
En mis excepciones incluyo a la mayoría (vamos a irlo aclarando), no obstante, no tiendo a ser objetiva mientras me enerbo, y recordar los momentos tristes, duros, dolorosos... me enerba pese a desear evitarlo (tampoco fervientemente).
En fin, esta fue sin duda la época más compleja en la que puedo destacar las competiciones por los sobresalientes con el que por aquél entonces era el chico que durante más tiempo he querido. Supongo, que era uno de esos amores casi infantiles, que siempre dejan un buen recuerdo.
En realidad, de esta etapa conservo los recuerdos de él, siempre tan hermosos, pese a que como en innumerables ocasiones (quizá una o dos) he dicho, nuestra relación acabase por... acabase (en una palabra)

No obstante, desde hace ya algo más de un par de años (mirar si me complico...) puedo decir que soy feliz. Y eso, soy consciente de ello, no es algo que todo el mundo pueda decir.
Quizá sea porque previamente luché por ganarmela o qué sé yo, pero en cualquier caso, entiendo perfectamente a todo aquel que a día de hoy batalla en ésa cruenta lucha que yo tuve que librar a eso de los trece.

Por todo esto, este año (el pasado que me diga), el 2011 (para más inri) ha sido un año fantástico, lleno de felicidad y más de una inesperada sorpresa.
Lleno de sentimientos, una que otra emotiva... charla y muchas (en realidad, y pensándolo bien, no tantas) lágrimas de alegría y muy pocas (en realidad no puedo recordar ninguna, mas seguro que las ha habido) lágrimas de tristeza.
He vivido un montón de experiencias llenas de sentimientos, llenas de abrazos, de risas, de besos tiernos, de cosquillas y de cosas transcendentes (al menos para mí), y, puesto que eso es cuanto pido en cada balance (sentir mucho. Vivir mucho) me quedo con que este (este pasado. Enserio, es una verdadera put... quiero decir fastidio, no haber escrito ayer. ¡La de confusiones que hubiese evitado! En fin, como reza el dicho: "mejor tarde que nunca") ha sido un año inolvidable y, ahora sí que me quedo sin palabras... me ha encantado!

Si el fin del mundo llega en este (ahora sí) 2012, que al menos sea en un ¡FELIZ AÑO! en el que la prosperidad y las buenas oportunidades, los sueños y los sentimientos nos hagan ser un poquito mejor

¡FELIZ 2012 A TODOS!

P.D: Quizá haga una lista con lo que quiero obligarme a hacer de una vez por todas. Tengo que pensarlo (lo escribo para que no se me olvide jajaja)

La emperatriz de los sueños (feliz, para empezar con buen pie)