lunes, 20 de febrero de 2012

Adiós liante :*


Y siento... lo siento tanto y tan hondo.
Decirte adiós creo que me hace más daño que tenerte aquí, pero créeme cuando te digo, que no puedo seguir sintiendo que cada vez que te veo o sin verte, me estoy volviendo loca. Que no quiero más miedos, más compromisos, más besos fugaces que lo significan todo... que necesito volver a ser yo, aunque ahora, y esto tú probablemente nunca lo sepas, lloro como hacía demasiado tiempo no lloraba.
Si es que no recuerdo cuando fue la ultima vez que escribí entre lágrimas, la última vez en que afloraron tanto y tantos sentimientos.
Y tú, probablemente no entiendas que cuando digo que me importas de verdad lo digo de veras.

Porque a fin de cuentas tú siempre serás aquel que me robó los sueños, los besos y esos suspiros.. las risas e incluso las ganas.
Pero tenías tanta razón al decir que febrero era un mes maldito, y recuerdo que lo hacías mientras me agarrabas de la mano y yo pensaba en no soltarte nunca más... Pero ahora, ese recuerdo tan reciente queda lejano, y ya no sé si me estoy disculpando o entremezclando todo esto que siento.
Porque sí, si no podía estar contigo quizá tampoco aprenda a estar sin ti.
Pero ya ves, me ha vencido el miedo, y ahora, ahora casi puedo decir que me siento libre y con más ganas que antes de estar contigo, porque... me oprimías, me asustabas, me daba cuenta de que tú querías mucho más de lo que yo podía querer... Y es que creo que lo que más me duele es ser yo la que te destroce a ti, después de haberme aparecido como alguien que podía devolverte la sonrisa.

¿Cuantas veces tengo que hacerte sufrir para que te des cuenta de que eres demasiado bueno para casi cualquiera?
Creo que te echaré de menos, liante, pero... siempre quedarán conmigo todos esos momentos, porque, como dijo una vez un buen amigo: Siempre que tengo problemas ahí está la palabra amor.

Y ahora, soy consciente de que te he cogido demasiado cariño, y por eso, te deseo que seas FELIZ y que (y siendo egoísta) puedas seguir creyendo en mí.

Adiós, pequeño, adiós...

P.D:Espero poder seguir improvisando contigo, pero ya sé, que quizá eso, sea demasiado pedir. LO SIENTO.

La emperatriz de los sueños

viernes, 3 de febrero de 2012

Tum-tum...


Cuando pienso en ti no puedo evitar pensar en miedo.
En todas las sensaciones que me recorren cuando tú estás aquí y en tu ausencia. Miedo, de sentir que me estoy volviendo loca, y esta vez es literalmente.

Ya no hablo de miedos a media, ni de tintas (a tientas) enteras, hablo de que no entiendo absolutamente nada que no sea tu idioma, y mis absurdos latidos (y la hipertesión, que también me anega) que no me dejan ni respirar sin sentir exactamente esto, que me estoy enloqueciendo. No, ni siquiera entiendo tu idioma, simplemente ya no entiendo nada. Me dominas, me embotas, me aturullas y me reduces... y ya no sé si es que todo esto viene tan deprisa o soy yo la que necesita tanto tiempo.
Entiendo, que me haces sentir tan especial, que asustarse es necesario, pero... ¿Puedo seguir siendo la niña que he sido hasta ahora, mientras poco a poco me vas convirtiendo en una persona casi adulta? o¿ necesito aprender a andar entre tus brazos para crecerme a tu lado?

Da igual como sean las cosas, escribirte me hace bien, aunque me persuade de que en realidad sí, tengo muchísima razón, te has adaptado perfectamente a las cuatro esquinas de mi mente circular.
Aunque ahora también le he cogido miedo (miedo a escribir); miedo a querer conjugar el verbo querer sin quererlo en realidad, porque... últimamente pienso dispar, y me acaba llevando a ti.
Supongo que se me ha olvidado como era, o quizá, que hasta ahora no había pensado así. Y es que, la vida da muchas vueltas,recorre muchos caminos en círculos, pero... sea como fuere, todos los caminos me llevan a ti (digo a Roma)

Y es que (sé que ya lo he dicho) pero no puedo evitar sentir, que cada vez que pienso en tenerte junto a mi, se me erizan los bellos, y las piel se me pone de gallina. Y siempre, casi sin excepciones, siempre que pienso en ése beso, no puedo dejar de sentir que mi corazón late mucho más deprisa de lo que yo jamás creí posible.
Y el calor me embarga, me arden las mejillas, y despierto febril sabiendo que pronto estaré tan serena o tan inquieta, que casi me dará un tumbo el corazón, pero que estaré contigo. Y es que es así de simple (simplemente complejo), estar contigo me asusta y sin embargo (me empiezo a dar cuenta) de que tampoco quiero estar sin ti.

Así que... ¿improvisamos?