lunes, 15 de agosto de 2011

inconcluso


Algo se rompió dentro de mi después de todo.

Dejé de funcionar como había funcionado siempre, todo iba bien, con sus idas y venidas, con sus pros y sus contras... pero bien. Todo era Suiza.
Dejó de ser así, me cercenaron el alma. Me rompieron, dejándome inacabada, incompleta.. inconclusa.
Las paredes se derrumbaron y no obstante los cuadros siguieron colgados en lo que antes había sido un gran salón. Era desolador saber en qué me había convertido compartido. Desolador cambiar el yo por el nosotros. Dejar fluir lo que no fluía, y crear algo realmente nuestro, algo de los dos.

Quisiera saber como nos ocurrió esto, de donde saliste y donde te has llevado esa parte que falta de mi. Me las has robado. La has raptado con tus palabras bonitas.

Miedo.
Tengo miedo y no tiene sentido, también lo robaste.
Robaste la seguridad de hablar de los sueños, la seguridad de hablar de mi persona... la culpa era siempre tan tuya! y ahora es tan mía. Apareciste has aparecido sólo quedo yo.

Todo lo demás se ha volatilizado, con las cosas importantes que no importaban. Ahora lo sé y lo entiendo siento dentro. Pero a juzgar por nuestras conversaciones casi podría decirme que la culpa fue nuestra desde el principio. Me embaucaste con tus palabras porque yo me quise dejar embaucar por ti. Fue un juego del ahorcado precioso, un juego de tablas que nos cercenó el alma cuello.

Tenías tantos motivos como yo para andarte con rodeos, para difundir las buenas nuevas y yo captarlas. No las capto capté.

¿Tengo que ridiculizar todo lo que hemos hecho para empezar? ¡qué estupidez más sumamente caprichosa y embaucadora! Como tú.

Tus contornos se perfilan tan nítidos como nublados los míos. ¿Estamos cambiando verdad?
( ganándole perdiendo la batalla contra el tiempo...)

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