miércoles, 30 de noviembre de 2011

el sonido del viento



Ya ha pasado medio mes... y como si se tratase de una eternidad, ni siquiera recuerdo qué o cómo me sentía hace quince días. No sé si es porque en poco tiempo se puede vivir mucho, o porque en definitiva, de un momento a otro, nunca se sabe cuando, las cosas empiezan a cambiar. No es que hayan cambiado, aunque quizá lo hagan... no lo pongo en duda, aunque, quien sabe, quizá no me lo quiero creer del todo.
Siempre todo tan planeado de antemano y no obstante, a lo largo de mi vida, he ido descubriendo que en verdad no he elegido hasta que lo he echo; supongo, por ese recíproco amor que nos profesamos el destino y yo.

Ahora, tras varias semanas repletas de estrés, de meteduras de pata, de impotencia, de lágrimas y de sonrisas, de sacrificio y superación tengo ganas de volver a mis letras, a mis palabras bonitas. ¡Se ve tan fácil el mundo desde aquí! pero quiero empezar con nuevos proyectos, por enésima vez.
Quiero retomar (al fin) una historia de la cual nadie tiene conocimiento, ése yo inquieto que me susurra por las noches y en sueños, quiero avivarlo, darle una oportunidad... mas pese a todo, me temo, ocurra como con la mayoría de palabras que pongo en papel (como si estuviesen predestinadas a vivir dentro de mí, sin poder compartirse. Quizá, y después de todo, me quede aún un buen trecho para llegar por fin a sentirme preparada para repartirlo con el mundo y no sólo conmigo. Sea como fuere...) que a medio camino desfallezcan y no vuelvan a ponerse en pie, que se estanquen, que se entorpezcan con sus propios pies (cosas de tener patas largas)

Pero ahora no me importa, necesito hacer demasiadas cosas... escribir, descansar, leer, disfrutar, volver al cine... no sé, creo que la reclusión nunca fue conmigo (me duele no saberme libre, y no obstante, me convenzco capaz de encerrarme en una habitación y superarme (siempre superarme) por cabezonería y orgullo...) pero ahora, pienso que tampoco fue tal el calvario. No importa (ya no), ahora me toca...

Siento que es importante, que esto es importante. Como si todo lo demás se desvaneciese, aunque mis palabras se queden a medias (ya volveré a las andadas, tiempo al tiempo), da igual, quiero disfrutar de ser cristalina. Quiero vivir en transparente porque en definitiva, he vuelto.


P.D: Ya sé que la entrada no tiene nada que ver con el sonido del viento o con la nieve recién soplada, pero ambas cosas son cosas hermosas y la hermosura, forma parte de la vida. A veces las cosas no tienen sentido ¿y qué? no le busco tres pies al gato...


La emperatriz de los sueños (de vuelta y radiante de felicidad :D)

1 comentario:

  1. Me pasa también que las pase duras y quiero volver de lleno a las letras. Se que podremos.

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