jueves, 14 de abril de 2011



No sé si me siento triste, o es sugestión lo que me invade.

Ya llega el viernes, y con suerte, podré escalar el monte sin despeñarme.

Siento que el rompecabezas me ha abierto la cabeza de pleno, y que me desangro, porque sé perfectamente que pasará. Y tengo miedo, miedo como hacía tiempo que no sentía.


Miedo porque... no puedo decir porque.


Me cuestan las palabras, y aunque diga que prefiero no hablar, en realidad me muero por contar lo que llevo dentro mas me quedo con la agonía del callar, que duele menos que tener que decir lo que es inevitable.


Tengo la impresión de que pronto habrá un barco naufragando en las olas del mar, y que será azotado con la braveza de un mar en medio de la tempestad, y que no podrá evitar chocar con la roca.


La roca lo espera (no le queda más remedio). Está fijada en el suelo, aunque si pudiese, no dudaría en salir corriendo, levantarse los faldones y zarpar, viento en popa, a mar abierto; mar en calma (el ser humano siempre huye, yo huiría sin pensarlo).

Me siento en tierra de nadie. Clandestina.


Desearía no escribir esto, enserio lo digo.

Desearía borrarlo todo de mi mente (esta sensación de alerta, que hace ya un tiempo me invade, y me excede en la paranoia más que real) y refugiarme en el cinismo de mis ensoñaciones, mas a pesar de todo sé que debo escribir estas palabras... la lucha entre ellas, el nudo en mi garganta y las lágrimas que amenazan con salir ( y no saldrán) son demasiado patentes como para no darme cuenta de que ya ha llegado... (no puedo seguir)


Desearía despertar, que mi vida fuese no más que un ensimismamiento, un refugio en mis sueños, mas me temo que rerfulgen mis ojos ante la inevitable verdad, ante el inevitable peso del tiempo, y de lo que este conlleva.


Me siento fría y frágil. Como una amapola en medio de la nieve, desearía salir de aquí (y a la vez no hacerlo) mas mi cabezonería y mi rigor con el deber no me permiten mirar a otro lado.

Esto tiene que acabar.


Hoy debe de estar lloviendo, al menos yo me siento mojada, pero la lluvía pasa; todo pasa.


"Todo estará bien al final; si no está bien, es que no es el final" eso espero...


La emperatriz de los sueños (enfrascados)

2 comentarios:

  1. Emperatriz linda,

    No te me achiques. La barca es más resistente de lo que tú te crees ahora. Todo llega y todo pasa, no recuerdo quién dijo esta frase, da lo mismo, lo importante es su vigencia. Hay que seguir ahí, y no vaticinar el resultado del choque con las rocas, porque uno se puede llevar una sorpresa. Y aún en el caso en que el choque sea inevitable, quizá se rompa sólo lo que debe romperse para que otras partes renazcan con más fuerza y con otro rumbo muy distinto. Fluir, vivir y afrontar, pero nunca claudicar.

    Besos.

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  2. Eso nunca Begoña, no dudes, yo nunca me rindo :)
    Sé que el tiempo lo pone todo en su lugar, y que las tormentas se enfrentan de cara. Pero cosa del ser humano es temer, y por eso temo, aunque sé también que si un problema tiene solución para que te vas a preocupar y si no lo tiene, para que te vas a preocupar (proverbio) jaja el problema reside en encontrar la solución (o en no encontrarla) después sólo tiempo al tiempo. Supongo que los miedos son cosa de la edad, y que a medida que se crece, estos se afrontan. Pero no dudes que me enfrentaré a los problemas, como hasta ahora, con voluntad y una sonrisa de lado a lado :)

    Muchas gracias por tus palabras Begoña :D besazos guapa cuidate :)

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