jueves, 16 de diciembre de 2010

un largo camino



"Todos los amantes se creen únicos, ellos en verdad lo eran"

He descubierto a medida que pasa el tiempo, que cuanto más avanzas más único te sientes, y que éso no significa necesariamente sentirse solo, solamente único. Ser único es, ser especial, diferente, en ocasiones absurdo, pero a pesar del ridículo reír y hacerse daño, con uno mismo y con los demás y reírse aún más. La gente desconoce el sentido de la expresión ser único, ser único no es ser el único. A lo largo del camino, las 7 diferencias de la vida son mucho más visibles.

Mi camino comenzó hace dos años. Todos creen que caminar se camina desde el momento cero, desde el momento en que nacemos hasta el momento final, el último punto del texto; ahí se confunden, para mi el camino comienza en el momento exacto en el que uno decide vivir (siempre con la absurda señal de la supervivencia previa).

En este camino, largo y corto, según se mire, he aprendido a hacer un montón de cosas, en su mayoría cosas que me han enseñado a crecer, a sentirme bien, a hacer lo que realmente necesito y no lo que absurdamente quiero. Cosas como...
...Reír y llorar sin miedo a que suene demasiado fuerte y ese ruido pueda molestar
...Preocuparme de mi y de los demás en su justo equilibrio
...Avergonzarme y sonrojarme y hacer el idiota... pero bueno, con una sonrisa de oreja a oreja (que no es poco)
... He aprendido a tener miedo y no asustarme de temer
... A no ser débil creyéndome fuerte
... A querer; a los que me rodean y sobretodo a quererme yo misma
... A tener ganas de vivir sin tenerle miedo al final
... Y sobre todo a ser yo misma. Hacer lo que me gusta porque me gusta y no porque sea lo que esperan de mi

Hoy me siento fuerte, con ganas de gritar y de llorar; de decir: ESTOY VIVA! y eso me encanta, la ilustración de una yo indomable a cien metros de altura gritándole al vacío. Para mi, gritarle al vacío es gritarle a la vida; es un gran agujero, sin final (o eso parece), y cuando gritas oyes un eco que recorre un largo camino y de pronto muere. Como la vida misma, cuando de veras empiezas a hablar en voz alta entonces te das cuenta de que ese maldito eco a comenzado a sonar, y que está recorriendo, cada milímetro del espacio de nuestra vida, y que así va a seguir hasta que tras un larguísimo camino la voz se ahogue y muera.

Quiero vivir cada experiencia como si fuese la primera y no la última, pues ahí radica el fallo, hacer algo "por última vez" y darte cuenta de que ahí no finaliza para después perder las ganas. Yo quiero reír y hacer reír cuando me apetezca y hacerlo como la primera vez (cuando sonreí a mi madre al nacer), gritar con fuerza cuando necesite desahogarme, redimirme y ser absolutamente libre, lidiar con mis ideas un tanto patológicas, aprender nuevas cosas y no cansarme nunca...

No cansarme nunca de vivir

La emperatriz de los sueños




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