lunes, 2 de agosto de 2010

A veces...


A veces vale con una decisión acertada o equivocada para cambiar las cosas.
Otras veces, da igual lo que ocurra, las cosas no cambian. Hay veces en que las cosas son tan fuertes e importantes, que un error u otro no no hace cambiar el transcurso de las cosas, no importa los palos que des o recibas, importa que sea superable.

No puedes echar por la borda, lo que poco a poco has construido por un mal día, un error o un mal entendido.
A veces simplemente las cosas son cuestión de creer en ellas.

Las cosas que no se ven son las que más se sienten,al menos eso es lo que la experiencia me dice .

El sentimiento más fuerte que puede experimentarse es el del amor.

Quiero a mis amigos, con una fuerza y voluntad que ni ellos mismos podrían imaginar, los quiero en lo bueno y en lo malo, con los pros y contras de quererles.
Quiero a mi familia, con la voluntad férrea de una niña que necesita ése amor, con la ilusión y esperanza que me unen a él, mi amor verdadero, con la misma fuerza, confianza y lealtad. Los amo.
Y después está él.
El sentimiento más fuerte de todos ellos, no porque sea más importante, si no por el hecho de que amarle no sea algo sustancial, que me base en ésa insustancialidad para amarle. Lo amo y no puedo evitar sentir, que en alguna parte, sea donde sea está él.

No importa que ocurra, a veces simplemente para que las cosas funcionen hace falta fe.
Tiempo al tiempo...

La emperatriz de los sueños

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